Ucrania aprueba las medidas exigidas para optar a la ayuda internacional

  • La Rada Suprema (Legislativo) de Ucrania aprobó hoy el paquete de leyes anticrisis exigido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir el rescate financiero valorado en 27.000 millones de dólares.

Kiev, 27 mar.- La Rada Suprema (Legislativo) de Ucrania aprobó hoy el paquete de leyes anticrisis exigido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir el rescate financiero valorado en 27.000 millones de dólares.

"El apoyo financiero proveniente de la comunidad internacional ascenderá a 27.000 millones de dólares en los próximos dos años", anunció Nikolai Gueorguiev, el jefe de la misión del FMI enviada a Ucrania.

Esa ayuda no evitará la recesión en la que se encuentra ya sumida la economía del país, pero sí la bancarrota que amenaza a Ucrania desde hace meses por culpa del despilfarro del antiguo régimen, según el Gobierno.

El FMI anunció el programa de ayuda consensuado con el Ejecutivo después de que expertos del organismo crediticio evaluaran la situación económica sobre el terreno y analizaran un programa de reformas entre el 4 y el 25 de marzo pasados.

"La asistencia proveniente del FMI oscilará entre 14.000 millones y 18.000 millones de dólares. El monto exacto se determinará una vez que se haya obtenido todo el respaldo bilateral y multilateral", agregó Gueorguiev.

Poco después de este anuncio, los diputados ucranianos aprobaban la ley sobre la reforma presupuestaria y la fiscal, ésta última necesitó de dos votaciones y una amplía negociación para ser respaldada por la mayoría de la cámara.

El Gobierno tuvo que renunciar a aumentar la carga impositiva sobre la extracción de petróleo, aunque sí la mantuvo sobre el gas.

Ambas leyes fueron respaldadas por poco más de la mayoría simple del Parlamento (226 escaños), lo que demuestra que los recelos del anterior Ejecutivo hacia las reformas exigidas por el FMI aún persisten entre la mayoría parlamentaria.

Una vez que el FMI anunciara el acuerdo sobre el rescate, el primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, presentó a la Rada un proyecto de presupuesto que incluye drásticos recortes del gasto social, congelación salarial y subidas de impuestos.

"La economía ucraniana caerá este año un 3 por ciento, pero sólo en el caso de que aprobemos el paquete de leyes presentado por el Gobierno. En caso contrario, pronosticamos la quiebra y una caída del 10 por ciento" del PIB, se dirigió Yatseniuk a los diputados.

La medida más dura anunciada por Yatseniuk tiene que ver con la subida de las tarifas de gas y electricidad, exigida hace mucho por el FMI y que afectará prácticamente a toda la población ucraniana.

Además, Ucrania se plantea reducir en un 10 por ciento el número de funcionarios del Estado de forma casi inmediata, y en otro 20 por ciento más adelante, cuando se aprueben una serie de reformas constitucionales que eliminarán algunas administraciones estatales.

Según Yatseniuk, la ayuda internacional no evitará la recesión en la que se encuentra ya sumida la economía ucraniana, pero sí la bancarrota que amenaza a este país desde hace meses por culpa del despilfarro de las anteriores autoridades.

El FMI considera que el objetivo debe ser reducir el déficit fiscal a alrededor del 2,5 por ciento del PIB en 2016, sin descuidar a los grupos más vulnerables de la sociedad.

Los desequilibrios macroeconómicos de Ucrania alcanzaron niveles insostenibles durante el último año, con un déficit por cuenta corriente de más del 9 por ciento del PIB.

El déficit fiscal de 2013 alcanzó el 4,5 por ciento del PIB, y el de la compañía estatal de gas, Naftogaz, llego casi al 2 por ciento del PIB.

El anterior Ejecutivo se negó a aceptar las condiciones del FMI, aduciendo que habrían provocado un cataclismo social ya que obligaban a Kiev a reducir salarios y pensiones, y condenaban al paro a cientos de miles de personas.

Entonces, en lugar de firmar un Acuerdo de Asociación con la UE, Kiev decidió restablecer las relaciones comerciales con Rusia, lo que provocó en noviembre una ola de protestas que desembocaron en disturbios violentos que acabaron en febrero con el derrocamiento de Yanukóvich.

Mostrar comentarios