Vertido en el Golfo de México: despiden al máximo jefe de BP tras el desastre

  • Con la reputación y las cuentas de BP seriamente dañadas por el vertido de la petrolera en el Golfo de México, cuando incluso el futuro de la petrolera está en peligro según algunos analistas, su consejero delegado Tony Hayward (Slough, Inglaterra; 21.05.1957) se enfrenta probablemente al momento más difícil de una carrera consagrada a la compañía británica. El consejero delegado tendrá que dejar su puesto el próximo 1 de octubre.

Tony Hayward, director ejecutivo de BP
Tony Hayward, director ejecutivo de BP
Efe

Al frente de la segunda mayor compañía del Reino Unido (sólo por detrás del banco HSBC) hasta el próximo 1 de octubre, Tony Hayward es un geólogo de 53 años que creció como el hermano mayor de siete hermanos en la localidad inglesa de Reading.

Doctorado en Geología por la Universidad de Edimburgo en 1982, ese mismo año comenzó a trabajar en la petrolera que ahora le trae de cabeza. Está casado con una geofísica que también trabajó para BP durante una década y tienen dos hijos.

Entregado a BP

Recorrió medio mundo y fue escaldando peldaños con diversos puestos técnicos y de representación en la rama de exploración de la empresa. Reino Unido, Francia, China, Colombia y Venezuela fueron sus destinos –le encanta Latinoamérica y sabe hablar tanto español como francés- hasta que volvió a Londres en 1997 como director de BP Exploración.

Tuvo que esperar dos años para ser nombrado miembro del Comité Ejecutivo Upstream (Exploración y Producción), pero su carrera en la petrolera británica siguió imparable. En el año 2000 pasó a ser tesorero del grupo, en 2002 vicepresidente ejecutivo y en mayo de 2007 accedió a su cargo actual como consejero delegado.

En 2009, Hayward obtuvo unos ingresos brutos de 3,80 millones de euros, según la revista Forbes, una nómina que hace del jefe de BP un hombre prácticamente igual de rico que el jefe del Banco Santander, Emilio Botín.

Odiado en Estados Unidos

Comentarios cuanto menos desafortunados como decir que quería recuperar su vida (después se disculpó), en alusión a su cargada agenda de trabajo tras el vertido en el Golfo de México, o afirmar que el peor desastre ecológico que ha sufrido Estados Unidos era únicamente "una gota en el océano", le han proporcionado numerosas críticas a este directivo en los que posiblemente sean los momentos más duros de su carrera profesional.

Tampoco ayuda mucho lo que admitió ayer ante el Congreso de Estados Unidos: "Nadie de nosotros sabe todavía por qué ocurrió". Aunque al menos dijo estar "personalmente devastado".

El periodista de la BBC, Andrew Marr, le ha llegado a definir como "la cara más odiada de Estados Unidos".

Sin más remedio que darla cara

Tony Hayward aseguró en una entrevista concedida a Marr que no tenía intención alguna de dimitir, pues contaba con el apoyo del gabinete ejecutivo de la empresa. Añadió además, que esperaba contener el vertido en el Golfo de México definitivamente para finales de junio, algo que no sucedió.

El 16 de junio Hayward se reunió junto a su presidente, Carl-Henric Svanberg, con Barack Obama en la Casa Blanca. BP aceptó pagar 16.300 millones de euros a Estados Unidos, mientras Hayward insistía en que su empresa "no escatimará esfuerzos".

Lo que no se puede negar es que ni BP ni Hayward han escondido la cabeza, pero las pérdidas de 15.363 millones de euros en el segundo trimestre de este año que ha provocado el vertido de la plataforma Deep Water Horizon han acabado por minar la figura del consejero delegado de la petrolera británica, que tendrá que abandonar su puesto el 1 de octubre.

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