El photoshop de las reuniones en Moncloa y los lobbies empresariales

Apeas cuatro meses después de citar a 38 grandes empresarios del país -según Moncloa, los mayores, según la cifra, sólo algunos de los mayores- el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero volverá a reunirse hoy con 44 primeros espadas del mundo corporativo -los de la anterior vez y seis más-.

¿La excusa? Explicar las nuevas medidas económicas presentadas por Zapatero en Bruselas. ¿La realidad? Nadie la sabe, y son muchos los que hablan de un simplón hacerse la foto como razón de fondo. Sobre todo, tras la última experiencia, que además de levantar muchos callos entre los empresarios olvidados, fue un puñal por la espalda a la patronal CEOE, ausente en la cita por falta de invitación.

Esta vez, la diplomacia -o las presiones- han abierto las puertas de Moncloa al representante de los empresarios, Joan Rosell. Bueno, representante según dictan los canones, porque según marcan los hechos, cada vez tiene menos autoridad, al menos, como cabeza de los empresarios.

Y no sólo porque Zapatero se salte a la CEOE y se reúna directamente con los grandes para explicarles su propuestas económicas, sino porque los propios empresarios crean, uno tras otro, nuevos lobbies al margen de la patronal.

A los ya existentes, como el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) -donde están presentes más de la mitad de las grandes compañías de este país- o el Círculo de Empresarios, entre otros, se han sumado Los Cien de la Fundación Everis, que no sólo hizo el quiebro a la CEOE, sino también al Gobierno, con su iniciativa de llevar ante el Rey un informe llamado a Transformar España y, de paso, denunicar la inoperancia del Ejecutivo; y el Consejo para la Competitividad, encabezado por César Alierta, presidente de Telefónica, y formado por 17 empresas españolas, que se autodenominó el de las mayores de España, y que engulló dentro de sí al Instituto de la Empresa Familiar.

Con tanto lobby empresarial marcando las líneas económicas del país, y tanta reunión en Moncloa para explicar a los grandes las decisiones, ¿dónde se toman realmente las decisiones? Por el momento, en ningún sitio -con perdón de la reforma de cajas y las pensiones-. De ahí que Zapatero haya ido y vuelto de Bruselas sin acuerdo sobre la reforma laboral y la negociación coletiva.

Pero hoy toca hacerse la foto. Y todos estos puntos negros, poco importan, se corrigen con Photoshop.