Gullón, un imperio fabricado con galletas que gana más de 44 millones de euros

  • El grupo palentino reconoce que la crisis le ha ayudado a impulsar sus ingresos en los últimos años por vender productos de bajo precio.
Imagen de la fábrica de galletas de Gullón.
Imagen de la fábrica de galletas de Gullón.

No hay mal que por bien no venga. Gullón es uno de los grandes grupos galleteros de Europa y, en los últimos años, los vaivenes económicos le han permitido impulsar tanto sus ingresos como su beneficio. "La decadente situación económica que se está viviendo a nivel mundial de la que la industria galletera se ve beneficiada al comercializar productos alimentarios a bajo coste para el consumidor", explica en su último informe anual publicado, correspondiente a 2016.

Ese año, Gullón elevó sus ingresos un 5,5%, hasta 323,7 millones de euros. Y su rentabilidad creció aún más rápido, un 8,4%. Ganó 44,5 millones y no repartió ningún dividendo a sus accionistas.

Unas cifras que no sólo recogen su negocio en España, donde comercializa galletas bajo su enseña y, para cadenas de 'súper' e hipermercados, a través de la 'marca blanca'. También incluyen la evolución de sus filiales en Portugal (Bolachas Gullón) y en Italia (Biscotti Gullón). Y le ha ido bien. "En lo relativo a las ventas de negocio internacional seguimos manteniendo la tendencia de crecimiento de los últimos años, con una mejora de márgenes provocada por el cambio de la divisa dólar frente al euro", señala en el informe.

El grupo galletero palentino asume que a sus finanzas les benefició la evolución de los tipos de cambio. En cambio, también reconoce que en ese "escenario prolongado de recesión nacional y mundial" sufrió el impacto del "mal comportamiento de los costes de las materias primas". Unos compromisos de compra que, en un año, pasaron de 22 a 23,2 millones de euros, según indica en el informe.

Los conflictos

La empresa galletera ha dejado atrás los años marcados por las desavenencias familiares. Gullón está controlada en más de un 55% de su capital por su presidenta María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, que mantuvo un mediático enfrentamiento con sus tres hijos. Cada uno de ellos, controla una participación en la empresa superior al 3% y, en 2014, sellaron la paz con la incorporación de Hernán, Rubén y Félix Gullón Rodríguez al consejo de administración de la empresa de Aguilar de Campoo.

No ha ido la única disputa de Gullón en los últimos años. También ha mantenido discrepancias, en este caso en los tribunales, con la multinacional galletera Kraft, que consideraba que Gullón utilizaba envases similares a los de sus marcas Oreo y Chips Ahoy.

En septiembre de 2015, la disputa se resolvió en el Tribunal Supremo, que dio la razón a la empresa española, que había provisionado para este enfrentamiento algo más de 323.000 euros. Sin embargo Kraft, a través de Intercontinental Great Brands, no había tirado la toalla al cierre de 2016. La multinacional interpuso un recurso de amparo "ad cautelam". "Entendemos y estimamos que dicho recurso tendrá un alto grado de ser inadmitido a trámite por el Tribunal Supremo", explica en su memoria anual Gullón, que no desvela a La Información si este proceso ya está resuelto.

La compañía también señala en su informe que, al cierre de 2016, mantenía "abiertos a inspección por parte de las autoridades fiscales los ejercicios 2013 a 2016, ambos inclusive para todos los impuestos que les son de aplicación y, adicionalmente para el Impuesto sobre sociedades, el ejercicio 2012". En el último año publicado, Gullón abonó como Impuesto de Sociedades, 13,2 millones de euros.

Mostrar comentarios