(AMPLIACIÓN) GÜRTEL. CRESPO DICE QUE RUBALCABA Y CAMACHO ORGANIZARON “CON POLICÍAS AMIGOS UNA OPERACIÓN CONTRA EL PP”

El que fuera mano derecha de Francisco Correa en la `trama Gürtel´ y ex secretario general del PP de Galicia, Pablo Crespo, denunció hoy ante el tribunal que le juzga que recibió un chivatazo que le advertía de que el entonces ministro de Interior, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, y su sucesor, Antonio Camacho, organizaron “con policías amigos una operación contra el PP”.
Crespo daba así explicación a una conversación grabada y escuchada durante la declaración de Correa en la que el acusado decía que no quería hablar por teléfono porque sospechaba que estaba siendo objeto de escuchas.
Correa relató con ironía que hubo una época en la que su `mano derecha´ sólo hablaba con monosílabos por teléfono y llegó a calificarlo de "paranoico" por esa reticencia a hablar por teléfono.
Crespo reconoció que no quería hablar porque tenía conocimiento de estar siendo investigado y aventuró que el creador del entramado de empresas, Ramón Blanco Balín, también debía saberlo porque retiró su nombre de las sociedades “un mes y ocho días” antes de las detenciones y registros que se produjeron el 6 de febrero de 2009.
“Podría especular... Yo creo que tenía algún conocimiento de la operación que se estaba montando entre el juez Garzón y otros personajes", aseguró Crespo en el juicio.
Crespo negó haber cometido los delitos que le atribuye la Fiscalía, por los que pide para él 85 años de prisión. La fiscal, Concepción Sabadell, le preguntó al inicio del interrogatorio si reconoce los hechos que se le imputan, a lo que respondió: “No, en absoluto”.
Durante su declaración explicó que "la información que yo tenía es que desde el despacho de Alfredo Pérez Rubalcaba y luego de su sucesor Antonio Camacho se había organizado con policías amigos una operación contra el PP, y que en ese asunto estaba Correa por su relación con el yerno del señor Aznar".
Preguntado por la identidad de la persona que le avisó de esta conspiración, el ex secretario general del PP de Galicia dijo que "la información la recibí de una persona que no viene al caso y que no voy a decir quién es”. Aseguró, sin embargo, que el aviso lo recibió “en noviembre de 2008".
Además, no refrendó su declaración policial porque se produjo en "condiciones de amenaza y presión” por parte del agente a cargo de la investigación, que “blandía con mucha energía la Lecrim (Ley de Enjuiciamiento Criminal), que decía que él también conocía”.
La fiscal le preguntó si denunció estos hechos, a lo que que Crespo respondió que no. También quiso saber por qué no explicó al juez Garzón lo sucedido, a lo que el acusado alegó que declaró tras tres días “en unos calabozos peores que una mazmorra de la Edad Media", donde estuvo sin salir siquiera para satisfacer sus "necesidades más básicas".
El acusado no ratificó su primera declaración policial porque la hizo “tras 36 horas en el calabozo y sin saber si era de día o de noche”, ni tampoco la realizada ante el primer instructor del caso, Baltasar Garzón, “practicada en las condiciones de todos conocidas. Ni ratifico mi declaración de abril de 2010 ante Tribunal Superior de Justicia de Madrid, cuando nuestras estrategias de defensa habían sido escuchadas durante 70 días", afirmó.
En la declaración que realizó Correa trató de exculpar a sus socios y empleados, entre ellos a Crespo, pero cargó duramente contra el extesorero del PP Luis Bárcenas y los exalcaldes Guillermo Ortega y Luis Sepúlveda.

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