La manifestación, que se saldó con al menos once heridos, fue convocada tras la muerte el 6 de marzo de un palestino durante una operación de las fuerzas israelíes en la localidad cisjordana de Al Bireh.
El fallecido es Basil al Araj, quien, según la Policía de Israel, encabezaba una célula terrorista que planificó ataques contra israelíes.
Al Araj fue detenido sin cargos en abril de 2016 por las fuerzas de seguridad palestinas y participó en una huelga de hambre junto a otros tres detenidos, en medio de denuncias de torturas y malos tratos.
Tras su liberación, cuatro palestinos --entre ellos dos de los que participaron en la huelga de hambre-- fueron detenidos por las fuerzas israelíes, si bien Al Araj permaneció fugado hasta este lunes.
Por ello, los concentrados en Ramala protestaron contra la coordinación de seguridad con Israel, lo que llevó a las fuerzas de seguridad a cargar contra la protesta. Entre los heridos figura Mahmud al Araj, padre del fallecido.
Asimismo, los agentes agredieron a varios periodistas para que evitar que cubrieran los incidentes. Varios reporteros han denunciado la destrucción de su material.
El primer ministro palestino, Rami Hamdalá, ha resaltado este lunes que "nadie está por encima de la ley, incluidas las fuerzas de seguridad", agregando que "rechaza cualquier ataque contra la libertad de expresión y los medios", según ha informado la agencia oficial palestina de noticias, WAFA.
Durante la jornada, cientos de personas han vuelto a manifestarse en Ramala, en esta ocasión para protestar contra la intervención policial durante el domingo.
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