Acusan en EEUU a cinco policías de Honduras por narcotráfico

Cinco integrantes de la Policía Nacional de Honduras, que fueron extraditados el lunes hacia Estados Unidos, quedaron bajo custodia de una corte federal en Nueva York acusados de conspiración para importar cocaína, en una operación que duró casi una década, informó este martes la fiscalía.

"Por presuntamente conspirar para mover toneladas de cocaína de la selva hondureña a ciudades estadounidenses, estos oficiales hondureños ahora enfrentarán cargos en una corte de justicia estadounidense", dijo el fiscal federal del distrito sur de Manhattan, Preet Bharara, citado en un comunicado.

Los cinco acusados, Mario Guillermo Mejía Vargas, Juan Manuel Ávila Meza, Carlos José Zavala Velásquez, Víctor Oswaldo López Flores y Jorge Alfredo Cruz Chávez fueron presentados el martes ante una corte federal de Manhattan, luego de entregarse voluntariamente a las oficinas de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) en Tegucigalpa.

Los policías extraditados colaboraron con el hijo del expresidente hondureño Porfirio Lobo, Fabio Lobo, quien en mayo se declaró culpable en Nueva York de traficar cocaína a Estados Unidos, con vínculos con el cartel de Sinaloa de Joaquín "El Chapo" Guzmán.

Todos son acusados de importar cocaína en Estados Unidos, además de un cargo por uso de arma de fuego, y pueden ser condenados a una pena mínima de diez años en prisión y una máxima de cadena perpetua.

Un sexto acusado, Ludwig Criss Zelaya Romero, sigue prófugo.

Los uniformados son señalados por apoyar entre 2004 y 2014 a grupos narcotraficantes en la recepción de miles de kilogramos de cocaína provenientes de Colombia y Venezuela, y transportarlos hacia Guatemala y eventualmente a Estados Unidos.

Para facilitar el tránsito de la droga por Honduras y evitar la interferencia del gobierno, grupos narcotraficantes pagaron sobornos a funcionarios, incluyendo integrantes de la Policía Nacional, indicó la fiscalía.

Con los cinco policías aumenta a 16 la cifra de hondureños que han sido extraditados a Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico desde 2014, cuando comenzó el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández.

El mandatario lanzó una ofensiva contra los narcotraficantes que transportan drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos, a quienes responsabiliza de siete de cada diez muertes violentas que se registran en Honduras.

Honduras presentó en 2015 una tasa de 60 homicidios por cada 100.000 habitantes, más de seis veces el promedio mundial, que según la Organización Mundial de la Salud, es de 8,9 por 100.000 personas.

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