Para denunciar esta situación, CEAR lanza una campaña bajo el lema 'Nuestros prejuicios son otra piedra en su camino', financiada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, con la que trata de desmontar los falsos mitos a los que se enfrentan hoy "quienes solo buscan una vida digna y muchas veces se encuentran con la barrera del rechazo en su entorno más cercano", afirma. En los videos de la campaña se ve cómo una escultura gigante de piedra representando la palabra 'prejuicios' entorpecía el paso de los transeúntes en calles muy concurridas de ciudades de España.
"Queremos hacer sentir por un momento lo que es ser víctima de prejuicios como los que sufren cada día en su tortuoso camino las personas refugiadas y migrantes--, explica Galán. --Por si no se encontraran ya con suficientes piedras en su camino en forma de guerras, persecuciones, pobreza y las fronteras blindadas de Europa, una vez logran llegar a su destino se encuentran con otra más sutil como son los prejuicios".
Para ello, además de los vídeos difundidos en redes sociales, la organización ha creado una web propia (www.libresdeprejuicios.org) donde ha habilitado una herramienta para que cualquier persona pueda señalar en Twitter, bajo el hashtag #LibérateDePrejuicios, los mensajes prejuiciosos, además de pedir a personas migrantes y refugiadas que compartan su testimonio a través de vídeos cortos o fotos.
CEAR quiere mostrar así su preocupación por el aumento de discursos racistas y xenófobos en un momento en que algunos tratan de convertir a las personas que llegan de fuera en el chivo expiatorio de todos los males de la sociedad. En España destacan los prejuicios como "ya somos demasiados" ante el cuál, la organización apunta que solo un 4,5 por ciento de la población es de origen migrante o refugiada. O frente a la frase de que "nos invaden", CEAR puntualiza que "apenas un 0,4 por ciento de las llegadas a Europa se producen a través de las costas españolas" y recuerda que en los últimos años hay "un saldo migratorio negativo".
"Este discurso discriminatorio tiene mucho eco y dificulta sobremanera la inclusión de personas que solo quieren rehacer, mejorar o sencillamente salvar sus vidas--, afirma Galán--. Discursos peligrosos que desgraciadamente están teniendo alcance político en otras partes del mundo". Por último, desde CEAR recuerdan que según el Eurobarómetro de principios de año, un 84 por ciento de la población española estaba a favor de la afirmación "Mi país debería ayudar a los refugiados".
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