El Congreso sigue siendo un circo: camisetas, carteles, "me la suda", "sinvergüenza"...

  • El fin del bipartidismo ha traído un show al Congreso de los Diputados, con actitudes chabacanas, debates superficiales y expresiones soeces.

    El último enfrentamiento ha sido un cara a cara entre Sáenz de Santamaría e Irene Montero. Pablo Iglesias ha dicho "qué sinvergüenza".

El Congreso sigue siendo un circo: banderas, camisetas, plantones, "me la suda", sinvergüenza...
El Congreso sigue siendo un circo: banderas, camisetas, plantones, "me la suda", sinvergüenza...
L.I.

"Chabacano". Según el diccionario de la RAE en su primera acepción es significa "grosero o de mal gusto". Es el adjetivo que impera últimamente en el Congreso de los Diputados. No en las ruedas de prensa o en los pasillos, sino en el hemiciclo, el centro de la actividad legislativa nacional.

Son varias las escenas que se han vivido en el Congreso en los últimos meses que han erizado la piel de los parlamentariasta puros, aquellos que creen que la cámara legislativa es un lugar donde el nivel de debate debe ser elevado y las actitudes chuscas deben quedar a un lado. 

La última de ellas ha tenido lugar este mismo miércoles, en la sesión de control al Gobierno. El cara a cara ha sido entre Soraya Sáenz de Santamaría e Irene Montero por las escuchas al Rey emérito. Vean:LINVID20170329_0004

El debate ha terminado con un comentario fuera de tono de Pablo Iglesias: "Qué sinvergüenzas".

El diputado del PP, Rafael Merino, ha pedido dedicarse a los temas que de verdad interesan a los españoles. Se ha ganado la reprimenda de Ana Pastor, pero el aplauso de sus compañeros:LINVID20170329_0007

No es la primera vez que se pronuncia esa palabra -"sinvergüenza"- en la Cámara Baja. A la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, también se le escuchó decirla mientras Pablo Iglesias estaba en la tribuna:

Otros shows en el Congreso se pudieron presenciar cuando Carolina Bescansa llevó a su bebé, Diego, al hemiciclo. O cuando algunos diputados de Podemos no se levantaron de su escaño con motivo de la presencia del Rey en la cámara la abrir la legislatura.

No hace falta irse tan lejos para escuchar palabras poco apropiadas, por decirlo suave, para un diputado: "Me la trae floja, me la suda, me la pela, me la refanfinfla". Las pronunció Pablo Iglesias hace solo unos días:

Los diputados de la coalición morada tampoco han dudado en lucir camisetas reivindicativas con el lema, por ejemplo, de "agua pública 100%":

O cuando los mismos diputados sacaron carteles en sus escaños en defensa de los derechos humanos:

Hubo incluso un momento en el que diputados de Podemos y Ciudadanos estuvieron cerca de llegar a las manos. La imagen demuestra la tensión que se vivió:

Hace unos días, el diputado de Unidos Podemos, Diego Cañamero, se encaró con el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Llevaba un cartel pidiendo la libertad de Andrés Bódalo y lo comparaba con Iñaki Urdangarin.

Los shows, no obstante, no son únicamente de esta legislatura, o de la pasada fallida. Ha habido otros. Por ejemplo, cuando Xabier Mikel Errekondo, de Amaiur, subió a la tribuna, colocó los brazos en cruz y un libro en cada una y dijo: "Ésta es su educación, obedecer y callar y, si no, castigado como se hacía en la escuela pública".

La diputada del PP, Andrea Fabra, no se libra del bochorno. Hace cuatro años dijo desde su escaño: "¡Qué se jodan!" Rajoy estaba hablando en ese momento sobre el recorte en la prestación por desempleo:

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