DASTIS DEFIENDE LAS BONDADES DEL CETA Y ADVIERTE DE QUE EL PROTECCIONISMO “NO ES LA SOLUCIÓN”

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, defendió este jueves que el Acuerdo Económico y Comercial Global entre Canadá y la UE (CETA, por sus siglas en inglés) contribuirá al crecimiento económico y a la creación de puestos de trabajo, al tiempo que advirtió de que el proteccionismo “no es la solución”.
Así se pronunció el jefe de la diplomacia española durante el debate que en el Pleno del Congreso de los Diputados ha tenido lugar sobre el CETA promovido por la enmienda a la totalidad presentada por Unidos Podemos. Este grupo también pretende que la Cámara Baja respalde su pretensión de someter a una cuestión previa de constitucionalidad este tratado.
El ministro defendió las bondades del CETA, ya que “la creación de espacios de prosperidad y bienestar compartido es beneficiosa para la comunidad internacional, en general, y para la UE, España y Canadá”.
Ante las críticas que este tratado ha suscitado, Dastis destacó su rechazo al proteccionismo, puesto que 31 millones de empleos dependen de las exportaciones fuera del territorio comunitario, de los que un millón se generarían en España.
Afirmó que el CETA es el acuerdo “más ambicioso” firmado por la UE al poner en marcha un “modelo abierto y compatible con los derechos sociales” y que debido a la cercanía de Canadá con EEUU facilitaría las exportaciones a este país.
NO PRIVATIZACIONES
Arguyó que este tratado no impone la privatización de ningún servicio público, ya que del mismo quedan fuera la educación, la sanidad, los servicios sociales y el suministro de aguas potables.
Tras afirmar que en materia laboral se aplicarán los convenios establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aseveró que su puesta en marcha contribuirá al crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo en España.
Esto le permitió dejar claro que el CETA es un acuerdo entre “sociedades abiertas e integradas” que creen en una “globalización moderada” y que rechazan el proteccionismo, del que, dijo, “no es la solución para nuestro tiempo”.
Dastis rechazó la pretensión de Podemos de someter a una cuestión previa de constitucionalidad este tratado porque “nada de lo dispuesto y acordado en el trabajo supone la menor merma o atisbo de menoscabo de libertades, derechos y acceso máximo nivel de tutela jurisdiccional”.
Por su parte, Pablo Bustinduy (Podemos) argumentó su rechazo al CETA sobre el hecho de que este texto contiene “daños irreversibles” para la soberanía de España, ya que “no es un tratado de libre comercio sino que modifica funciones judiciales y normativas de nuestro ordenamiento”.
Criticó la puesta en marcha de tribunales de arbitraje que lesionará derechos sociales y laborales y censuró que el Gobierno no haya dado tiempo a debatir en profundidad el texto.
Apeló a la responsabilidad del Gobierno en la materia, ya que si en el futuro el Tribunal Constitucional declarase inconstitucional el CETA “se dañaría nuestro sistema normativo y nuestra imagen internacional”.
Por último consideró que el CETA es “otro Tratado de Maastricht y otro artículo 135 de la Constitución que tendrá gravísimas consecuencias sobre los ciudadanos y las empresas españolas”.
RIFIRRAFE PODEMOS-C`S
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, definió el CETA como un “avance de la civilización, las libertades, los ciudadanos y las empresas frente a los enemigos del comercio” que se oponen a la prosperidad.
Acusó a Podemos de “no creer” en la Constitución y de votar con la ultraderechista Marine Le Pen en contra de este texto en el Parlamento Europeo. También les reprochó que prefieran la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el modelo de Nicolás Maduro en Venezuela, a Donald Trump o a Syriza.
A su vez, espetó a Podemos que sean como “Benjamin Button” al haber nacido “viejos”, defendiendo ideas del “siglo XIX” y presentó a las ideas liberales, que dijo defender, como la solución a todos los problemas.
Bustinduy replicó a Rivera que “las ideas del siglo XIX no sirven para el siglo XXI salvo que se tenga alguna” y le acusó de caer en contradicciones al hacerse acreedor de la victoria de Emmanuel Macron en Francia, alguien que cuestionó el impacto del CETA durante la campaña electoral para las presidenciales galas.
Por otro lado, Oskar Matute (Bildu) dijo que el CETA enfrenta a “democracia y corpocracia”, mientras que Joan Baldoví (Compromís) dijo no entender los motivos por los que se impide al Tribunal Constitucional posicionarse sobre este texto.
Jordi Xuclà (PDECat) definió a los miembros de Podemos como “iconoclastas del siglo XXI” y Aitor Esteban (PNV) acusó a la formación morada de caer en “tópicos” y reflexionó acerca de que un grupo que se denomina de izquierdas se enroque en la defensa de la soberanía nacional cuando esta corriente ideológica ha defendido tradicionalmente posturas internacionalistas.
“LA IZQUIERDA NO ES PROTECCIONISTA”
Ana Surra (ERC) comentó que el CETA no se debe ratificar porque antepone los intereses de las grandes corporaciones a los de los ciudadanos, al tiempo que Soraya Rodríguez (PSOE) lo definió como un “buen acuerdo, no el mejor, pero es fruto de un acuerdo con un país democrático, progresista, que afecta nuestros valores y nuestros estándares”.
Lamentó que Podemos emplee “verdades alternativas y posverdades”, ya que si los trabajadores han perdido derechos laborales en España no es por el CETA sino por la reforma laboral del Gobierno.
“La izquierda no es proteccionista, no es nacionalista, no es aislacionista, porque de ser así les pasa por la izquierda, Le Pen, Trump y todos los populismos que recorren Europa”, dijo.
Por último, José Ramón García Hernández (PP) dijo que la ciencia económica ha demostrado que el comunismo es sinónimo de “supermercados vacíos y desabastecimiento”. Reprochó a Podemos que se interesen por hacer ver que España está gobernada por una oligarquía al practicar una “caduca ideología” y de no creer en las posibilidades de los españoles.

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