Exbanquero español Mario Conde vuelve a la cárcel

El exbanquero español Mario Conde, símbolo del éxito financiero en la España de los 1980, caído en desgracia por la quiebra fraudulenta de su banco, volvió a la cárcel este miércoles sospechoso de haber repatriado fondos procedentes de dicho fraude.

Tras comparecer ante un juez de la Audiencia Nacional -principal instancia penal española- fue enviado a prisión preventiva sin posibilidad de fianza, al igual que su exabogado Francisco Javier de la Vega, informó una fuente judicial.

Su hija, Alejandra Conde, fue asignada por su parte a arresto domiciliario mientras que otros cuatro detenidos el lunes quedaron en libertad pero con prohibición de salir del país, agregó.

Exsímbolo de la 'jet set' española, Conde, de 67 años, abogado de una familia de clase media que en pocos años había realizado una carrera empresarial fulgurante, fue definitivamente condenado en 2002 a 20 años de cárcel por malversación en el marco de la quiebra de Banesto en 1993.

Conde, de silueta elegante y cabello siempre engominado, había presidido Banesto de 1987 a 1993, hasta que la entidad fue intervenida por el Banco de España tras descubrirse un agujero de 605.000 millones de pesetas (3.640 millones de euros, 4.145 millones de dólares), debido en parte a colosales malversaciones de fondos.

Desde 1994, entre prisión provisional y cumplimiento de condena, pasó unos 15 años en la cárcel, asegurando haber sido víctima de una intriga política hasta su excarcelación en 2010.

Desde entonces, matizó su posición y reconoció la "gloria efímera" que lo rodeó en aquella época.

También había organizado, según la justicia, la repatriación disimulada de los fondos procedentes de dicho fraude, ocultos en países como Suiza, Holanda y Curaçao.

Según la fiscalía española, desde 1999 habría trasferido a España fondos por "un montante superior a 13 millones de euros".

El dinero presuntamente malversado habría sido repatriado mediante un entramado de empresas a nombre de otras personas, haciéndolo pasar por préstamos e inversiones.

Conde negó todo blanqueo o fraude fiscal, los dos delitos que se le imputan, asegurando que el dinero procedía de una herencia dejada por la familia de su primera esposa.

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