Francia, inquieta, rinde homenaje a las víctimas del ataque yihadista en plena Eurocopa

Francia rindió homenaje este miércoles a un policía y a su compañera, asesinados por un hombre que actuó en nombre del Estado Islámico (EI), un ataque que siembra dudas sobre la eficacia de la lucha contra el yihadismo en plena Eurocopa.

Un minuto de aplausos resonó con fuerza en el estadio de Marsella donde se celebró el partido Francia-Albania. Previamente, las zonas de hinchas, los actos oficiales del gobierno y las fuerzas de seguridad también recordaron a las víctimas.

El jefe de Estado François Hollande afirmó que la vigilancia se elevó a "su máximo nivel" en el país, máxime cuando se celebra la Eurocopa hasta el próximo 10 de julio, un "potencial objetivo" para las "organizaciones terroristas", en palabras del ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.

El lunes, poco después de las 20H00 horas locales, Abballa, un francés de 25 años, mató con un cuchillo a Jean-Baptiste Salvaing, de 42 años, comisario adjunto de Les Mureaux, cerca de París.

Luego degolló a su compañera, Jessica Schneider, de 36 años, una agente administrativa de la comisaría vecina de Mantes-la-Jolie.

Tras el asesinato, mientras permanecía atrincherado en la casa cercado por las fuerzas de élite de la policía, Abballa reivindicó el crimen en directo en Facebook en nombre del EI.

"La Eurocopa será un cementerio", amenazó en su reivindicación en directo en Facebook y lanzó un llamamiento a atacar "policías, periodistas, guardianes de prisión y raperos".

Abballa fue abatido poco después por la policía. En la casa había también el hijo de la pareja asesinada, un niño de tres años, que fue hospitalizado, en estado de choque.

El fiscal de París, François Molins, confirmó que se halló en su casa una lista de nombres y de profesiones.

El ataque llega siete meses después de los atentados del 13 de noviembre, en los que murieron 130 personas y en el contexto de la matanza de 49 personas el sábado en una discoteca frecuentada por homosexuales en Orlando (Estados Unidos), que ha puesto de nuevo de relieve la amenaza del yihadismo.

"Morirán más inocentes. Es difícil decirlo (...) pero desgraciadamente es una realidad", afirmó Hollande, que el martes aseguró que se trata de "un acto indiscutiblemente terrorista".

En una conversación telefónica con Barack Obama, ambos dirigentes anunciaron que aumentarán la cooperación para hacer frente a una "amenaza" que "evoluciona permanentemente".

A diferencia de la unidad política tras los atentados de noviembre, el caso ha desatado esta vez críticas de la derecha sobre la eficacia del sistema policial, porque Abballa había estado bajo escucha telefónica aunque según el fiscal Molins no se detectó la preparación de ningún acto violento.

La oposición criticó al gobierno y pidió la creación de centros de retención para personas radicalizadas aunque no hayan sido condenadas. Una petición rechazada por el primer ministro Manuel Valls, que niega que haya habido "negligencia" o "falta de juicio" por parte del gobierno.

La seguridad ha sido reforzada sobre todo en los estadios y las zonas de aficionados. Los investigadores franceses intentan ahora dilucidar si Larossi Abballa tuvo cómplices en la preparación de los asesinatos.

Abballa, nacido en el departamento de Yvelines al oeste de París, había sido condenado en 2013 a prisión por participar en un filial que llevaba a yihadistas a Pakistán.

Este miércoles seguían bajo custodia policial tres hombres de 27, 29 y 44 años de su entorno. Dos de ellos habían sido condenados en 2013 junto a Abballa.

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