Un día después de que Trillo comunicara su deseo de ser relevado de su puesto de manera inmediata tras la presión ejercida por los familiares de las víctimas del Yak 42 y partidos de la oposición, el Gobierno ha aprobado este viernes su cese, que será efectivo a partir de su publicación este sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Es costumbre dar a los embajadores cesados --independientemente de si abandonan el cargo porque agotan su mandato o por otro motivo-- un mes de plazo para que abandonen el despacho y realicen aquellos trámites necesarios antes de salir de un país en el que llevan años viviendo. Así sucedió por ejemplo con el exembajador en India y exdiputado del PP, Gustavo de Arístegui, cesado tras ser investigado por el supuesto cobro de comisiones ilegales por parte de empresas.
El plácet es un trámite necesario previo al nombramiento de un embajador en otro país, a cuyo gobierno se le informa del nombre del candidato que se quiere enviar para que las autoridades del otro país puedan estudiar el perfil del representante diplomático y, si no lo consideran idóneo para el puesto, pidan su sustitución por otro (o lo insinúen no respondiendo a la petición de plácet, como ocurrió recientemente con un diplomático gay propuesto por Francia como embajador en el Vaticano).
En cualquier caso, no es muy frecuente negar un plácet. Pero tampoco está bien visto en diplomacia dar el visto bueno de forma precipitada. Según informan fuentes diplomáticas a Europa Press, lo habitual es que no se responda a una petición de plácet antes de dos semanas desde que se recibe porque equivaldría a decir que a ese Gobierno le es indiferente a quién le envíen como representante.
Ahora bien, si el plácet se demora más de dos meses, hay que empezar a pensar en que el candidato propuesto genera algún rechazo entre las autoridades del país de acogida. Si no existe ningún contratiempo, el plácet puede llegar cumplidas las dos o tres semanas desde que se solicitó.
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