Nueva era en Birmania con investidura de presidente, un colaborador de Suu Kyi

Htin Kyaw, cercano a la histórica opositora Aung San Suu Kyi, se convirtió este miércoles en el nuevo presidente de Birmania y abrió una nueva era para el país tras décadas de dominación militar.

"Prometo ser fiel al pueblo de la República Birmana", dijo ante los diputados Htin Kyaw, que llegó al parlamento junto a Suu Kyi, ambos vestidos con longyis, la tradicional falda birmana.

La 'Dama de Rangún', cuyo partido ganó las elecciones del 8 de noviembre, no puede ser presidenta porque la constitución se lo impide. Pero después de ganar prometió que estaría "por encima del presidente", un papel que parece haber aceptado Htin Kyaw.

El nuevo presidente, de 69 años, el primero civil desde hace décadas, es un amigo de infancia de Suu Kyi, de 70 años, que estará a la cabeza de un "superministerio" que incluye entre otros el de Relaciones Exteriores.

Tras el juramento de Htin Kyaw, los nuevos ministros, incluida Suu Kyi, la única mujer del gobierno, prestaron también juramento ante el parlamento. La mayoría tienen más de 60 años.

La toma de posesión llega cinco meses después de las elecciones, en las que arrasó la Liga Nacional por la Democracia (NLD), el partido de Suu Kyi.

El resultado fue un voto contra el gobierno de transición formado por antiguos militares, a pesar de que durante cinco años llevaron a cabo importantes reformas políticas.

El presidente saliente, Thein Sein, impulsor de las reformas, ha estado activo hasta el final y en las últimas semanas siguió visitando proyectos realizados durante su mandato, una presencia mediática con la vista puesta en las elecciones de 2020.

Tras prestar juramento en el parlamento, donde había sido elegido presidente el 15 de marzo, Htin Kyaw visitó a Thein Sein en el palacio presidencial.

Este juramento es la última etapa de una larga transición política que empezó con las legislativas de noviembre, las primeras libres en los últimos 25 años, en las que los birmanos participaron masivamente.

El nuevo gobierno civil despierta grandes esperanzas en este país pobre donde un tercio de la población vive bajo el umbral de pobreza. El partido de Suu Kyi ha prometido dar prioridad a la educación y a la salud.

"El país está listo y ansioso para el cambio", asegura el analista político Khin Zaw Win, un exprisionero político convertido en director del centro de análisis de Tampadipa. Según él, el nuevo gobierno estará bajo presión en los próximos cinco años para llevar a cabo reformas rápidamente.

Otro de los principales temas serán los conflictos étnicos en varias regiones, con grupos armados que reclaman más autonomía y se enfrentan a las fuerzas gubernamentales. En el oeste, miles de musulmanes rohingyas siguen viviendo desplazados en campos de refugiados.

Aung San Suu Kyi y su equipo también tendrán que gestionar las complejas relaciones con el ejército, que sigue teniendo mucho poder político y dispone de una cuarta parte de los diputados en el parlamento, en manos de militares no elegidos. El ejército también controla los ministerios de Interior, Defensa y Fronteras.

El jefe de las fuerzas armadas, general Min Aung Hlaing, estaba este miércoles presente en el parlamento para el juramento del nuevo presidente.

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