EL PATRONO DE LA FUNDACIÓN UNICAJA NIEGA HABERSE CHIVADO A AUSBANC DE QUE SE LES INVESTIGABA

El patrono de la Fundación Bancaria Unicaja José Luis Gómez Boza, negó hoy, en su comparecencia ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, haber informado al presidente de Ausbanc, Luis Pineda, de que le investigaba la Policía Nacional.
Boza admitió haber asistido a un acto celebrado en Sevilla en el que, supuestamente, se produjo el 'chivatazo' a Pineda. De hecho, el compareciente reconoció que saludó al presidente de Ausbanc, al que conocía por su trabajo previo en el ambito de las organizaciones de cosnumidores en Andalucía. Sin embargo, sostuvo que no le hizo advertencia alguna sobre la investigación policial.
Pedraz había citado a Boza este viernes en consonancia con la petición de la Fiscalía, que solicitó su citación como investigado para que declarase en relación con los hechos relatados en varios informes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF).
PINCHAZOS TELEFÓNICOS
La Policía sospechaba que una persona relacionada con la fundación de Unicaja había informado a Pineda de que estaba siendo investigado desde el juzgado central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, después de que la entidad bancaria recibiera un mandamiento del órgano judicial en el que se le requerían determinados datos bancarios.
Los agentes de la UDEF que investigaban a Ausbanc realizaron varios pinchazos telefónicos. De una conversación entre dos empleados de la firma los agentes concluyeron que fue una persona de Unicaja la que avisó a Pineda en el curso de un congreso celebrado el 16 de marzo de 2016 en Sevilla.
Por tanto, Pineda podría haber sabido con un mes de antelación a su detención que tanto él como el presidente de Manos Limpias, Miguel Bernad, estaban siendo investigados.
La Policia analizó uno por uno a todos los asistentes a ese acto de Sevilla, comprobando que sólo una persona de la Fundación Unicaja había asistido. Se trataba de Gómez Boza, al que la Policía considera autor de la filtración y del que constan también varias fotografías.
Boza rechazó este viernes ser responsable del 'chivatazo' pese a la existencia de estas evidencias e insistió en que nunca supo que Ausbanc estaba siendo investigada.
DESISTIMIENTO
Este mismo viernes, el magistrado también llamó a declarar como investigado a Lorenzo Díaz, dueño de la empresa de seguridad LPM, a la que Manos Limpias quiso acudir para disfrazar, a modo de préstamo, un posible cobro por retirar su acusación contra la infanta Cristina en el 'caso Nóos'.
El directivo del banco afirmó a los agentes que unos seis meses antes había recibido una propuesta de Bernad para retirar la acusación a la infanta a cambio de dos millones de euros, una cantidad que se disfrazaría de una ayuda económica a LPM.
Además, el juez Pedraz citó como testigo en esta misma jornada al abogado José María Mas Millet, quien supuestamente intermedió para pactar una renuncia de Manos Limpias de acusar a la infanta en el juicio de Nóos. Él ha admitido que fue Giró quien les puso en contacto.
En una declaración anterior, el director general de la Fundación Bancaria La Caixa, Jaume Giró, había reconocido al juez encuentros con Manos Limpias en cinco o seis ocasiones a lo largo de 2015. En unos de esos encuentros acordó poner a Bernad en contaco con Millet para que éste le corrigiera el escrito de desistimiento en la causa Nóos contra la infanta Cristina que el máximo responsable de Manos Limpias había elaborado.
La puesta en contacto se hizo efectiva en octubre de 2015, según la declaración del testigo. Millet, hizo unas correcciones en el documento que le remitió Bernad, pero el desistimiento no se presentó, hasta que en marzo de 2016, la entidad que ejercía la acusación popular volvió a considerar el desistimieto.
Entre el 12 y 15 de diciembre comparecerán otros 10 testigos, entre ellos el director de Comunicación del Banco Santander Juan Manuel Cendoya.
Se trata de trabajadores de bancos como Santander, Mare Nostrum o Liberbank, que fueron supuestamente extorsionados por Ausbanc y Manos Limpias, así como del Grupo Volkswagen, contra el que Manos Limpias se querelló por sus emisiones contaminantes.

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