Tras el acercamiento de Rivera a Rajoy, el PP ve la formación de Gobierno más cerca que nunca. Y, además de suponer una alegría en las filas populares, ha desatado una auténtica guerra por saber quiénes ocuparán un cargo de relevancia en la próxima legislatura.
A pesar de que tras el 20-D los posibles ministrables estaban prácticamente definidos, los últimos casos de irregularidades que han saltado a la prensa, como las grabaciones al ministro de Interior sacadas a la luz por Público, han cambiado completamente el organigrama que el presidente en funciones tenía en mente, según confirman fuentes de la directiva popular a lainformacion.com.
Según estas mismas fuentes, ahora, más que nunca, "se trata de buscar a personas que no tengan muertos en el armario". Matizan, sin embargo, que se traza de descartar a gente que haya aparecido, "aunque sea de refilón", en algún proceso judicial. "No queremos nombrar a alguien que pueda salir salpicado por algún escándalo dentro de un tiempo. Confiamos plenamente en las personas que forman los equipos ahora mismo, pero la experiencia nos ha demostrado que es mejor prevenir que curar", insisten.
Por ello, comentan, se está haciendo un análisis riguroso de cada posible candidato. "Si encontramos alguna irregularidad constitutiva de delito se pondrá en conocimiento de la Justicia, evidentemente. Pero también es imprensindible que su conducta sea intachable, incluso más allá de la ley", explican.
Esta 'investigación' tan detalllada, hasta ahora nunca visto, está haciendo que las susceptibilidades y los ataques estén a la orden del día dentro de las filas populares: insinuaciones, desconfianzas y acusaciones veladas. Todo vale para hacerse con la codiciada cartera ministerial.
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