14 de febrero de 1929, 10.25 de la mañana, una heladora mañana en el Chicago de la 'ley seca' y el hampa. 20 grados bajo cero y un viento helador. 2122 de la calle North Clark. La banda de 'Bugs' Moran se reúne para recoger un cargamento de alcohol. Sólo falta el jefe, Moran, que llegará más tarde.
Unos policías se acercan a la estancia. Los mafiosos no se ponen nerviosos. La policía está convenientemente sobornada. Los tres agentes del orden mandan a las componentes de la 'banda del Norte' que tiren las armas y se pongan contra la pared. James Clark, cuñado de Bugs Moran, Adam Meyer, John May, Al Weinshank, los hermanos Gusenburg, Frank y Pete, y el doctor Reinhardt Schwimmer obedecen. "Es un registro rutinario", "un paripé", "como siempre", piensan... "Enseguida se irán"... La escena casi les produce risa...La matanza del día de San Valentín. Una historia de mafia en https://t.co/ckVcqQ05Ty pic.twitter.com/uIpYgP6oH4— Toda una amalgama (@Todaunaamalgama) 13 de marzo de 2016
Pero a los siete hampones no les dio ni tiempo a cambiar su rictus de hilaridad. Los tres 'policías' descargan los tambores de sus ametralladoras 'Thompson 45', cuya poderosa garganta rugió contra los indefensos hombres de Moran, que se salvó al sospechar algo y huir, en un infierno de pólvora que apenas dura unos segundos.Los hombres de Al Capone
Los mafiosos de la 'banda del norte' habían cometido un error de apreciación: Los policías no eran tales. Uno de aquellos 'agentes de la ley', bajo la gorra era ni más ni menos que Jack McGurn, mas conocido como Machine 'metralleta' Gun, el matón de confianza de Alphonso Gabriel Capone, Al Capone. El hampón más famoso de la historia. Se había producido la San Valentine's day massacre (La matanza del día de San Valentín).
El 14 de febrero de 1929, la ciudad de Chicago fue testigo de uno de los acontecimientos más atroces dentro del mundo criminal de aquel entonces: la Matanza de San Valentín, con la que se llegó a un nivel de violencia nunca antes visto.
Al Capone, 'cara cortada', su orquestador, se impuso como el principal distribuidor de alcohol, a la vez que puso punto final a una cadena de venganzas iniciada cinco años antes, a raíz de la Ley Seca. Originalmente, ni Capone ni Bugs Moran, líder de la banda exterminada, hubieran tenido nada que ver con la historia, sino que debieran haber sido los jefes de ambos: John Torrio, mentor de Capone, y Dion O’Banion, quien dividía su tiempo entre contrabandear alcohol y confeccionar arreglos florales.Torrio, O'Banion y los hermanos Genna
Todo se inició cuando Torrio, en su intento por apaciguar el conflicto que sostenía O’Banion con los hermanos Genna, le propuso al primero comprar su cervecería con tal de que abandonara Chicago. Aceptó, a sabiendas de que en la cervecería habría una redada en los próximos días. Era un negocio seguro.
O’Banion se rió en la cara de Torrio, aunque por poco tiempo, pues el 10 de noviembre de 1924, fue acribillado por tres hombres. Lo encontraron nadando en su propia sangre... Con la muerte de O'Banion quedaba un espacio libre que sus hombres no dudaron en ocupar.Al Capone sustituye a Torrio
Un tal Hymie Weiss y Bugs Moran fueron los nuevos lideres, y desde entonces los atentados contra Capone se sucedieron uno tras otro. Torrio decidió alejarse por unos meses de Chicago y dejó a Al Capone al frente de los negocios de alcohol y prostitución. Los roces siguieron entre ambas bandas; sin embargo Al Capone tenía un punto a su favor: era carismático.
Los periódicos lo trataban como héroe. En general, los gánsters no eran vistos como una amenaza, sino como unos benefactores que combatían una absurda Ley Seca. Con todo, Al Capone intentó negociar con Hymie Weiss, pero éste se negó y terminó muerto a la edad de 28 años. Sólo faltaba Bugs Moran y Capone ya planeaba algo para él...
Tras el baño de sangre del 14 de febrero de 1929, inmediatamente, la prensa miró con sospecha a Al Capone, sin embargo éste se justificó diciendo que en ese momento estaba en Miami.
La coartada de Machine Gun fue aún mejor: había pasado el día con su novia Louise Rolfe. La emblemática matanza pronto se convirtió en un éxito mediático pero, paradójicamente, significó el fin de la carrera de Al Capone, pues por primera vez dejó de lado su apariencia carismática para dar paso a su perfil más rudo y violento. A pesar de que nunca lo pudieron culpar de nada y de que se apoderó del mercado del alcohol, su carrera cayó en picado.El principio del fin de Al Capone
Poco tiempo después fue acusado de evasión de impuestos y condenado a 11 años de prisión el 17 de octubre de 1931. Parte de su condena la cumplió en Alcatraz y, por buena conducta, fue liberado en noviembre de 1939.
Vivió sus últimos años en su mansión; sufriendo alucinaciones y con el miedo de ser asesinado. Enfermo de sífilis, murió el 25 de enero de 1947. Bugs Moran nunca se recuperó del golpe de Al Capone. Su carrera quedó truncada. Murió de cáncer en 1957, mientras purgaba una pena de diez años por robo.
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