Desde que Pyongyang prometiera acelerar su programa nuclear, Corea del Norte se ha convertido en una prioridad para la seguridad de Estados Unidos. El presidente del país, Donald Trump, ha presionado a Pekín con el fin de frenar al país vecino, y ha advertido de que todas las opciones están sobre la mesa si Corea del Norte se mantiene firme en el desarrollo de su programa de misiles.
"China y otros socios regionales deberían intensificar sus esfuerzos para ayudar a resolver esta situación de seguridad, que amenaza no sólo a esta región, sino para el mundo entero", ha declarado Tillerson tras una reunión entre los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de Australia y Estados Unidos.
"Deseamos unas relaciones productivas, pero no podemos permitir que China use su poder económico para comprar la salida de otros problemas, ya sea militarizando las islas en el Mar de China Meridional o no presionando adecuadamente a Corea del Norte", ha añadido el secretario de Estado.
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