La salida de Soini, que también es ministro de Exteriores, podría abrir el camino a una nueva generación más radical, según apuntan las encuestas, que satisfaga lo que sus votantes consideran una serie de promesas incumplidas cuando pasó a formar parte del Gobierno en 2015.
Al partido se le acusa de haber traicionado sus promesas de mantener los beneficios laborales y de restringir la llegada de inmigrantes al país.
Algunos analistas, incluso, especulan con la disolución del Gobierno finlandés, que completan el Partido del Centro y el centroderecha Partido de la Coalición Nacional.
Ocurriría, en particular, si el sucesor de Soini acaba siendo el europarlamentario Jussi Halla-aho, conocido por sus pretensiones de abandonar la Unión Europea al considerar, como señaló el mes pasado en una entrevista al diario nacional 'Iltalehti', que la asociación con la UE "no favorece los intereses nacionales estratégicos de Finlandia".
Sea como fuere, Soini, de 54 años, ha lamentado este domingo la "difícil decisión" que se ha visto obligado a tomar y por la que renunciará a presentarse a la reelección al frente del partido en el congreso que tendrá lugar el próximo mes de junio.
"Es hora de pensar en hacer otra cosa", ha escrito en su blog personal, donde ha manifestado de todos modos su interés en seguir desempeñando la función de ministro de Exteriores si su partido -- que fundó y ha liderado durante 20 años -- se mantiene en el Gobierno.
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