YIHADISMO. LA AUDIENCIA NACIONAL JUZGA ESTE LUNES AL EXRECLUSO DE GUANTÁNAMO QUE CAPTABA YIHADISTAS DESDE LA MEZQUITA DE LA M-30

La Audiencia Nacional juzga a partir de este lunes y hasta finales de mes a los nueve integrantes de una red de captación de yihadistas encabezada por el expreso de Guantánamo Lahcen Ikassrien, que supuestamente conseguía buena parte de sus seguidores desde la mezquita de la M-30.
Ikassrien se enfrenta a una pena de 11 años y seis meses de prisión por delitos de pertenencia a organización terrorista y falsificación documental, a los que hay que añadir 16 años de inhabilitación absoluta y siete de libertad vigilada.
La red operaría desde la cafetería de la mezquita, que habrían convertido en base de reclutamiento y adoctrinamiento de futuros combatientes islamistas dispuestos a viajar a Irak y Siria.
También se juzgará a Nabil Benazzou Benhadou, Mohammed Bouyakhlef, Mohamed Khalouk Darouani, Abdeslam El Haddouti, Oialae Chergui, Younes Zyyad, Deniz Ibryam Redzhed y el ciudadano argentino César Raúl Rodríguez. Todos ellos se enfrentan a penas de ocho años de prisión.
El grupo estaba liderado por Lahcen Ikassrien, antiguo miembro de la célula de Abu Dah Dah, que estuvo cuatro años en el centro de detención estadounidense de Guantánamo (Cuba), tras ser capturado en 2001 en Afganistán. Repatriado a España, fue juzgado y absuelto en 2006.
La organización llegó a contar con una finca situada en la localidad de Santa Cruz de Pinares (Ávila), donde realizaban el adiestramiento de los combatientes. Ikassrien ejercía de referente ideológico del grupo salafista. Su mano derecha, Omar El Harchi, se centraba en las labores financieras y de captación de fondos. Varios miembros del grupo murieron en combate en Siria.
En el registro realizado en el domicilio de Ikassrien, en el barrio madrileño de la Concepción, los agentes de la Comisaría General de Información encontraron numerosa documentación manuscrita destinada al adoctrinamiento de futuros combatientes islamistas.
Uno de los efectos intervenidos más destacados era una poesía que ensalza la figura de Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, que ordenó los atentados contra las Torres Gemelas en Nueva York (Estados Unidos) el 11 de septiembre de 2001, y una carta manuscrita en la que afirmaba que “es una obligación hacer la Yihad”.
Antes de que la red fuera desarticulada, otro de sus miembros que ahora se somete a juicio, Nabil Benazzou, destruyó gran cantidad de papeles comprometedores, pero olvidó deshacerse de una memoria USB que contenía vídeos, entre ellos el de una mujer que denunciaba violaciones y abusos sufridos por las presas en la cárcel de Abu Graibh, en Irak, a manos de soldados estadounidenses.
En el vídeo, según el auto, esta mujer “hace un llamamiento a los muyahidines para que las maten a ellas y a sus violadores” para poder así “descansar”. Otro vídeo pretende “transmitir la idea de que las operaciones suicidas son una obligación primordial frente a otras obligaciones religiosas”.
Otro de los procesados, Mohamed Bouyakhlef, alias 'Mohamed El Grande', tenía otra memoria USB en su mesilla de noche con vídeos de extrema violencia en los que se veía el degollamiento de un comandante del Ejército del presidente sirio Bachar el Asad o el asesinato de tres personas en su casa acusadas de apostasía.

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