ACNUR advierte del excesivo peso de los refugiados en los países emergentes

  • El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, advirtió hoy del "desproporcionado" peso que soportan los países en desarrollo en la acogida de refugiados, ya que albergan al 80 por ciento de personas en esta situación.

Ginebra, 7 dic.- El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, advirtió hoy del "desproporcionado" peso que soportan los países en desarrollo en la acogida de refugiados, ya que albergan al 80 por ciento de personas en esta situación.

En la actualidad, la población total de refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos a causa de un conflicto se sitúa en 43,7 millones de personas, de las cuales más de 34 millones viven en países emergentes con escasos recursos para afrontar el problema.

Además, más de la tercera parte de los 20 Estados con mayor número de refugiados y desplazados son países pobres, como en el caso de Kenia, que en el último año ha recibido a cientos de miles de personas que huyen de la guerra y la hambruna en Somalia.

El alto comisionado de la ONU subrayó que esta situación supone "un excesivo peso y responsabilidad" para los países en vías de desarrollo, por lo que pidió el reconocimiento de la comunidad internacional a su tarea.

"Muchos de esos Estados luchan para dar servicios básicos a sus propias poblaciones. La generosidad que demuestran (...) exige un esfuerzo desproporcionado en relación a sus recursos", indicó.

Guterres abrió la conferencia ministerial sobre refugiados y apátridas con la que conmemora los 60 años de ACNUR, con un discurso en el que pidió renovar los compromisos de los tratados sobre los que se basa el trabajo de esta agencia de Naciones Unidas.

En 2011 se cumple el 60 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (1951) y el 50 aniversario de la Convención para la Reducción de los Casos de Apátridas (1961).

El objetivo central de la conferencia, con participación de 145 países, es mejorar la situación de los refugiados y de los apátridas, cuya cifra actual se sitúa en torno a los 12 millones de personas, si bien ACNUR reconoce la dificultad de precisar la cifra.

Guterres consideró que es necesario presionar para que los países cumplan con los compromisos adquiridos en esta materia y se adapten a una situación en continuo cambio, con crisis inesperadas que "han hecho de la falta de previsibilidad la primera regla de juego".

El alto comisionado destacó que en los últimos tiempos "la repatriación voluntaria de refugiados se ha reducido drásticamente", desde una media de casi un millón de regresos anuales en las últimas dos décadas a unos 200.000 en los últimos dos años.

Esto ha tenido como consecuencia que más de 7 millones de refugiados estén viviendo "en situaciones prolongadas de exilio", la cifra más alta registrada en la última década.

Otro elemento novedoso al que deben hacer frente las Convenciones internacionales es, según Guterres, la creciente complejidad de las causas de desplazamiento y refugio, con elementos como el cambio climático, el crecimiento de la población, la inseguridad alimentaria y la escasez de agua no contemplados en la actualidad.

"La naturaleza del desplazamiento forzado está evolucionando rápidamente, pero las respuestas de la comunidad internacional no han seguido el mismo paso, lo que se han creado vacíos en la protección de los refugiados y los desplazados", advirtió.

Guterres hizo especial hincapié en la situación de los al menos 12 millones de personas repartidos por el mundo que viven sin nacionalidad reconocida, un asunto que, en su opinión, "ha sido descuidado y abandonado demasiado tiempo en la agenda global".

La secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, se mostró especialmente preocupada por los problemas de las mujeres apátridas en su intervención ante la conferencia ministerial.

"Treinta países en todo el mundo impiden que las mujeres tengan, retengan o transmitan su ciudadanía a sus hijos o a sus esposos con otra nacionalidad. Hay leyes que quitan la nacionalidad a las mujeres si se casan con extranjeros, de manera que no pueden registrar matrimonios, nacimientos o muertes", denunció.

"Estas leyes perpetúan generaciones de gente apátrida que no puede trabajar legalmente, viajar libremente, votar, tener propiedades o abrir una cuenta bancaria, y que no tiene acceso a la sanidad o a la educación", dijo la secretaria de Estado.

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