Agente que simuló un atentado quiso "vivir lo mismo" que Juan Carlos Beiro

  • El guardia civil juzgado hoy en Pamplona por simulación de delito y desórdenes públicos, al hacerse pasar por víctima de un atentado cuando prestaba sus servicios en el cuartel de Leitza, ha comentado que quiso "vivir lo mismo" que su compañero Juan Carlos Beiro, con quien estaba cuando fue asesinado por ETA.

Pamplona, 11 ene.- El guardia civil juzgado hoy en Pamplona por simulación de delito y desórdenes públicos, al hacerse pasar por víctima de un atentado cuando prestaba sus servicios en el cuartel de Leitza, ha comentado que quiso "vivir lo mismo" que su compañero Juan Carlos Beiro, con quien estaba cuando fue asesinado por ETA.

Salvador Meléndez Ortigosa, para quien el fiscal ha solicitado en total ocho meses de prisión y una multa de 2.400 euros, ha reconocido que había pensado en suicidarse: "Lo único que quería era descansar y ya está", ha comentado antes de pedir perdón "por todas las molestias y el daño causados".

Durante la vista oral, el acusado ha reconocido los hechos, que tuvieron lugar el 30 de noviembre de 2009 cuando se disparó en el antebrazo izquierdo con la pistola de un compañero y colocó además un artefacto cerca del cuartel para simular la existencia de un explosivo dirigido contra las instalaciones, que fueron desalojadas.

El agente, de 36 años, ha comentado que el atentado en el que el 24 de septiembre de 2002 murió su compañero Juan Carlos Berio, al estallar una bomba trampa colocada en una pancarta que ambos procedían a retirar, le cambió la vida y le hizo además sentirse de alguna forma culpable al pensar que le tendría que haber pasado a él, que tenía menos cargas familiares.

Quizás por eso, al ser trasladado de Leitza a Málaga tras el atentado, volvió a pedir como destino la localidad navarra, desde donde, antes de dispararse, escribió un mensaje de texto a su ex mujer, en una actitud "peliculera", según el médico forense, que la ha atribuido a su personalidad histriónica.

"Es una persona teatral que busca ser el centro de atención, que la gente esté pendiente de él", ha afirmado el perito, quien ha encajado en esta circunstancia "todo lo que pasó".

Esta circunstancia ha sido asumida por la fiscal, que ha pedido la atenuante de alteración psíquica, aunque de carácter "leve", y ha solicitado, por la simulación de delito, una multa de ocho meses a razón de una cuota diaria de diez euros, y, por los desórdenes públicos, la pena de ocho meses de prisión y el pago de las costas de la causa.

La fiscal ha subrayado que los diez agentes de la Guardia Civil que han declarado como testigos han asegurado que dieron en su momento como "cierto, real y seguro" que se trataba de un atentado y que el operativo fue el mismo que si hubiera sido auténtico. "Generó en todo ellos la alarma y la certeza absoluta de que había sido víctima de un atentado", ha dicho.

No obstante, la defensa ha afirmado que no hubo actuación procesal alguna, porque la Audiencia Nacional no llegó a actuar, y tampoco ánimo de alterar la paz pública, ya que, ha asegurado, "la finalidad no era movilizar a la Guardia Civil". A este respecto ha reconocido que es "muy difícil" saber cual era la finalidad: "probablemente suicidarse".

El letrado ha reconocido además la existencia de un trastorno psíquico: "Yo no sé cómo se llama, pero cuando a un compañero le explota una bomba y se muere en tus brazos eso tienen que tener un nombre ".

Por eso, junto a la atenuante de alteración psíquica, ha pedido la de confesión analógica y reparación y ha defendido la inexistencia de delito y, por tanto, de pena, aunque ha defendido que, en caso contrario, se imponga un mes de multa con una cuota diaria de 4 euros por la simulación de delito y tres meses de multa, con la misma cuota por los desórdenes públicos.

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