Tokio.- El emperador de Japón, Akihito, regresó hoy al Palacio Imperial de Tokio después de pasar una noche en el hospital, donde fue diagnosticado con arteriosclerosis coronaria, informó la agencia local Kyodo.
El monarca, de 77 años, será sometido a medicación pero podrá seguir con su agenda oficial y continuar jugando al tenis y caminando como hasta ahora, según la Agencia de la Casa Imperial.
Akihito fue sometido ayer a un exhaustivo examen médico en el Hospital de la Universidad de Tokio después de que, el pasado 22 de enero, le fuesen detectados síntomas de una cardiopatía isquémica durante un chequeo médico rutinario.
La Agencia de la Casa Imperial japonesa informó a última hora del viernes de que Akihito sufre arteriosclerosis por un endurecimiento de sus arterias coronarias, pero que, sometido a medicación, podrá continuar con su agenda oficial como hasta ahora.
Akihito, que lleva tiempo delicado de salud, es desde hace 22 años cabeza del Trono del Crisantemo, la dinastía reinante más antigua del mundo, tras el fallecimiento en 1989 de su padre, Hirohito, a los 87 años.
En 2003 el actual emperador de Japón fue operado de cáncer de próstata y en diciembre de 2008 sufrió una hemorragia estomacal que le obligó a aligerar su agenda oficial.
A diferencia de sus antecesores, considerados dioses hasta la derrota de Japón en la II Guerra Mundial en 1945, el emperador actúa hoy como un monarca constitucional que, según la Constitución nipona, es símbolo del Estado y la unidad del pueblo.
El Trono del Crisantemo se remonta al año 660 antes de Cristo, según el "Nihonshoki", uno de los libros más antiguos sobre la historia de Japón (siglo VIII).
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