Almirante que desarrolló la energía atómica en Brasil va a juicio por corrupción

  • El expresidente de la empresa estatal de energía atómica de Brasil irá a juicio acusado de recibir sobornos por unos 1,2 millones de dólares durante la construcción de una planta nuclear, en un esquema delictivo similar al montado en Petrobras, informó el jueves la justicia.

El juez federal Sergio Moro, con sede en el estado sureño de Paraná, informó que aceptó la denuncia presentada por la fiscalía de la República contra el almirante Othon Luiz Pinheiro da Silva, que presidió hasta abril la estatal Eletronuclear, encargada de licitar las obras de Angra3, unos 150 km al sur de Rio de Janeiro.

Según la acusación, esos procesos fueron digitados por un grupo de 16 empresas que formaron un cartel para quedarse con los contratos, haciendo pagos ilegales a los funcionarios a cargo.

"El cártel de empresas se expandió con el mismo modus operandi (de Petrobras), inclusive con las mismas empresas integrantes, actuó en las licitaciones de Eletronuclear y en las licitaciones para preclasificar en la puja de la contratación de servicios de montaje de la Usina de Angra 3", señala el texto. Las firmas contratadas "daban sobornos por medio de empresas intermediarias a Othon Luiz" Pinheiro da Silva.

Las contratistas habrían pagado sobornos al menos 24 veces entre junio de 2007 y agosto de 2012.

Considerado uno de los padres de la energía atómica de Brasil, el almirante de 76 años fue acusado junto a otras 14 personas, entre ellas su hija Ana da Silva Toniolo.

Una asesora del tribunal que lleva la causa dijo a la AFP que el juicio comenzará en unas dos semanas.

El caso Eletronuclear replica al esquema que parasitó a Petrobras y costó a la petrolera más de 2.000 millones de dólares en pérdidas a lo largo de una década. El llamado "Petrolao" mantiene en vilo al país y le está cobrando un peaje alto a la presidenta Dilma Rousseff, cuya popularidad cayó a un dígito solo ocho meses después de asumir su segundo mandato.

Las investigaciones judiciales indican que las principales constructoras de Brasil manipularon licitaciones, sobornando a directivos que habían sido designados por indicación de partidos políticos y luego se distribuían los fondos obtenidos entre los confabulados. La tasa media de los pagos variaba entre 1% y 3% del valor de cada contrato, según la justicia.

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