Amorim admite que Brasil es "vulnerable" al espionaje cibernético

  • El ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorim, admitió en una entrevista que publica hoy el diario Correio Braziliense que el país "está en la infancia" en materia de defensa cibernética e insistió en que el espionaje de EE.UU. a la presidenta Dilma Rousseff supone "una intrusión en la soberanía" nacional.

Brasilia, 22 sep.- El ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorim, admitió en una entrevista que publica hoy el diario Correio Braziliense que el país "está en la infancia" en materia de defensa cibernética e insistió en que el espionaje de EE.UU. a la presidenta Dilma Rousseff supone "una intrusión en la soberanía" nacional.

Amorim explicó que la defensa cibernética es una cuestión estratégica para Brasil desde 2008, pero admitió que el presupuesto anual volcado a esa área no pasa de 90 millones de reales (unos 39 millones de dólares).

Apuntó, sin embargo, que "otros países, con excepción de Estados Unidos, tampoco gastan mucho más" y dijo que, a pesar de sus fallos, los sistemas de Brasil "son, sin duda, los más avanzados en América Latina".

Según documentos filtrados por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos Edward Snowden, los servicios de inteligencia de ese país espiaron las comunicaciones de Rousseff, así como las de empresas y ciudadanos brasileños.

Por ese motivo, Rousseff canceló una visita de Estado que tenía previsto hacer a Washington el próximo 23 de octubre y ha anunciado que el próximo martes, al intervenir en la Asamblea General de la ONU, pedirá la adopción de normas globales contra el espionaje cibernético.

Amorim reiteró que, para intentar reducir su vulnerabilidad, Brasil prevé que en 2017 pondrá en órbita un nuevo satélite, que estará volcado a sus comunicaciones militares y permitirá además universalizar el acceso a internet.

El ministro reconoció que Brasil y todos los países son "rehenes" de la tecnología, pero indicó que esa es una realidad global, de la que ni siquiera escapa Estados Unidos.

"No sólo nosotros somos rehenes. No vamos a hacer un drama, como si sólo Brasil viviera esa situación", apuntó.

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