(AMPLIACIÓN) SÁNCHEZ CONFIRMA EL 'NO' DEL PSOE A RAJOY SI NO SE GARANTIZA UNA MAYORÍA DE 176 ESCAÑOS

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, trasladó este miércoles personalmente al presidente del PP, Mariano Rajoy, el 'no' de los socialistas a su investidura, argumentando que investidura debe acarrear gobernabilidad, y, "si no tiene una mayoría suficiente para gobernar, el PSOE votará 'no'", puntualizando que para gobernar, para sacar adelante unos presupuestos, "hacen falta 176 escaños".
Así lo indicó en rueda de prensa tras una reunión en el Congreso de los Diputados que duró una hora y cuarto, más del doble que la que mantuvieron en la ronda de contactos posterior a las elecciones del 20 de diciembre y que, a diferencia de aquélla, se inició con un doble apretón de manos. Esta nueva reunión coincidió con el segundo aniversario de la designación de Sánchez como secretario general del PSOE.
Sánchez argumentó que "investidura y gobernabilidad van de la mano", por lo que la obligación del PP es "articular una mayoría parlamentaria estable". Y, "si no tiene una mayoría parlamentaria suficiente para gobernar, el PSOE votará 'no'", añadió, puntualizando que para gobernar, para sacar adelante unos presupuestos, "hacen falta 176 escaños".
Poniéndole números, dijo que si el PP sólo suma sus 137 escaños, el PSOE votará 'no' a la investidura de Rajoy, igual que los populares votaron 'no' a la suya propia. "De 137 escaños a 176 tiene un camino que recorrer, y para ese camino no puede contar con el PSOE", sintetizó.
Sánchez no entró a comentar si intentará él mismo la investidura si Rajoy fracasa, pero agregó que, en este "panorama fragmentado" como nunca ha habido antes, quería trasladar el "mensaje de confianza" de que "el PSOE va a dar lo mejor de sí mismo para garantizar la gobernabilidad" y que "estará en la solución". Sólo que, puntualizó, "éste es el tiempo de Rajoy".
NO ES CUESTIÓN DE PROGRAMA
El líder del PSOE descartó que la postura de los socialistas vaya a cambiar si el PP realiza concesiones en materia programática, aclarando que no va a negociar nada con los populares, aunque sí a "dialogar".
A una pregunta posterior sobre el escenario de unas terceras elecciones, explicitó: "Vamos a hacer todo lo posible por que haya un gobierno en España y no haya terceras elecciones".
En cualquier caso, puntualizó que si hubiera terceras elecciones sería "porque ha habido unas segundas", y éstas han tenido que celebrarse porque "algunos bloquearon un gobierno progresista", su crítica habitual a Podemos por votar 'no' a su investidura.
"Que no nos den lecciones", espetó indirectamente al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, quien ayer insinuó que si el PSOE facilitara un gobierno del PP sería en cierto modo "socio" del mismo y tendría muy difícil hacer oposición.
Preguntado si con su 'no' a Rajoy le estaba empujando a negociar con el Partido Demòcrata Catalá, la antigua Convergéncia, Sánchez enjuició que "sería positivo que la derecha fuera consciente de la crisis que vive Cataluña", por lo que "sería bueno que fructificara este empeño", pese a que a él se le negara buscar el apoyo de los nacionalistas. Según dijo, en Cataluña "hay una cuestión que resolver y para ello el PP tiene que hablar con algunos partidos políticos y singularmente con el PDC".
El líder del PSOE quiso "reivindicar" a su partido por haber intentado desbloquear la situación en la pasada legislatura, y reprochó en esa línea que se le acusara de irresponsable por tratar de formar un gobierno en el que cree y en cambio se tilde de responsable facilitar uno en el que no cree: el de Rajoy. Por eso, afirmó que "la solución a la crisis de gobernabilidad no puede ser la alternativa, que es el PSOE".
Sánchez comenzó su primera rueda de prensa desde las elecciones recordando la efeméride del asesinato de Miguel Ángel Blanco y que este miércoles se cumplen dos años de su nombramiento como secretario general del PSOE.
RELACIÓN "CORDIAL"
También calificó de “cordial” la conversación y, en general, la relación que mantiene con Rajoy, pese a las discrepancias políticas, sin mencionar algunos desencuentros puntuales en el trato que se hicieron célebres, como el enfrentamiento en el cara a cara de diciembre.
A continuación, el secretario general expresó su “preocupación” por el hecho de que el líder del PP no haya cosechado “ni un escaño más” de apoyo que los 137 de su grupo. Como el de España es un sistema representativo, indicó, ahora “es la hora de la democracia parlamentaria” y Rajoy debe saber leer que los españoles no le han dado votos para gobernar sólo con su programa electoral.
Por tanto, añadió, le toca “emprender una negociación en serio” y basarse en “propuestas, no amenazas ni chantajes”. Según interpretó, hay una mayoría de grupos que, desde perspectivas distintas, han abogado por un cambio, luego es él quien tiene que diagnosticar “qué grado de cambio” ha de ofrecer a sus aliados potenciales, entre los que, reafirmó, “no está el PSOE”.
Sánchez afirmó también estar “muy preocupado por las cuentas públicas”, que llevaría a una subida del Impuesto de Sociedades para reducir el déficit, contra lo que Rajoy anunció en campaña. Por tanto, teme que estemos abocados a una subida de impuestos a la clase media y trabajadora y un nuevo recorte del Estado social.
Acto seguido, dijo haberle planteado su preocupación por “la cuestión catalana”, que el nuevo Gobierno debe resolver con diálogo y negociación, pues no tiene sentido seguir enfrentándose con las instituciones catalanas, sino que habría que crear una ponencia de reforma constitucional. Por último, le planteó que el Gobierno en funciones también debería someterse al control de las cámaras.

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