Aplazan para la próxima semana juicio por matanza en cárcel brasileña en 1992

  • El juicio contra 26 de los 79 policías acusados por la matanza de 111 presos ocurrida en 1992 en el presidio brasileño de Carandirú, que había comenzado hoy, fue aplazado para la próxima semana porque uno de los miembros del jurado presentó problemas de salud antes de la primera audiencia.

Sao Paulo, 8 abr.- El juicio contra 26 de los 79 policías acusados por la matanza de 111 presos ocurrida en 1992 en el presidio brasileño de Carandirú, que había comenzado hoy, fue aplazado para la próxima semana porque uno de los miembros del jurado presentó problemas de salud antes de la primera audiencia.

El juez José Augusto Nardy Marzagao aplazó para el lunes de la próxima semana el inicio del juicio, después de que el servicio médico del Tribunal de Justicia en Sao Paulo certificara que una de las cinco mujeres del jurado popular, integrado por siete personas, "no tenía condiciones" para retornar a la sesión de la tarde.

Como el incidente ocurrió antes de la primera sesión plenaria, en la que iban a ser escuchados algunos de los testigos de la defensa, la jurisprudencia brasileña establece que el juez deberá convocar nuevamente a 25 candidatos para escoger a un nuevo jurado de entre ellos.

El juicio comenzó hoy, dos horas después del horario previsto, con el sorteo para elegir a los siete jurados y la lectura de los cargos realizada por el juez a 24 de los 26 acusados, puesto que dos de ellos no se presentaron, sin que fuera divulgado el motivo de su ausencia.

La mujer que motivó el aplazamiento comenzó a sentir dolores en el momento de la lectura de cargos, relató el juez.

Por la cantidad de acusados, la Justicia determinó dividirlos en cuatro grupos y la previsión es que los otros tres bloques sean juzgados durante este año.

Los 26 policías del primer bloque responden por el cargo de homicidio doloso cualificado, con intención de matar sin posibilidades de defensa para la víctima, por la muerte de quince presos.

La "masacre de Carandirú" es uno de los episodios más oscuros vivido en las prisiones brasileñas, con la muerte el 2 de octubre de 1992 de 111 presos, en una ofensiva policial para contener una trifulca.

El coronel de la Policía Militar que dirigió la operación, Ubiratán Guimaraes, fue condenado en 2001 a 632 años de cárcel, pero nunca entró en prisión y se dedicó a la vida política como diputado regional hasta 2006, cuando fue absuelto.

Meses después fue asesinado en extrañas circunstancias en su apartamento.

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