Sídney (Australia).- Los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda celebraron hoy la muerte del terrorista más buscado del mundo, Osama bin Laden, aunque consideraron que no se trata del final de la organización terrorista Al Qaeda.
En una rueda de prensa, la primera ministra australiana, Julia Gillard, indicó que hoy "es un día importante" y subrayó que la muerte de Bin Laden traerá "cierta forma de justicia" a los deudos de las víctimas de los atentados de su banda.
De esta forma Gillard recordó a las decenas de australianos que murieron en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU y en la isla indonesia de Bali en octubre de 2002.
En Nueva Zelanda, el primer ministro, John Key, afirmó que "el mundo es un lugar más seguro sin Bin Laden", aunque admitió que su fallecimiento no implicará "un inmediato fin de la actividad terrorista".
El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció hoy la muerte de Bin Laden en una operación efectuada por Estados Unidos en localidad de Abbottabad, en el norte de Pakistán.
Los gobernantes de Australia y Nueva Zelanda subrayaron por separado su compromiso en la lucha antiterrorista en Afganistán, donde ambos países tienen desplegados unos 2.000 soldados desde hace nueve años en operaciones de combate y formación de las fuerzas de seguridad afganas bajo el mando de la OTAN.
"Continuamos nuestro compromiso en Afganistán para que este país no se convierta nuevamente en un paraíso para los terroristas", dijo Gillard, al recordar que este despliegue militar ha significado la muerte de varios australianos.
Australia no ha elevado la alerta en el país en prevención de posibles represalias, pero ha pedido a todos los ciudadanos en el extranjero que tengan cuidado sobre todo en lugares donde se realicen manifestaciones.
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