"Tenemos que empezar a presionar si queremos que funcione la política de retorno", dijo el ministro austriaco de Exteriores, el conservador Sebastian Kurz, a la radio pública Ö1, y citó en particular Pakistán, Marruecos y Túnez.
"Ahora mismo [la UE] está pagando 480 millones de euros cada año a Marruecos y 414 millones a Túnez y a pesar de ello estos países se niegan a readmitir a los que se les ha denegado el derecho de asilo", añadió.
Kurz recordó que la UE se gasta cerca de 11.000 millones de euros al año en ayuda al desarrollo y pidió que la propuesta, que también apoya el vicecanciller alemán Sigmar Gabriel, sea debatida en la cumbre europea de Bruselas del 18 y el 19 de febrero.
Se calcula que cada año se deniega el asilo a unas 80.000 personas en Suecia, 20.000 en Finlandia y hasta 12.500 en Austria.
El gobierno de Viena es uno de los más activos en pedir medidas contra la llegada masiva de migrantes en los últimos meses, y el ministro de Defensa, el socialdemócrata Hans Peter Doskozil, consideró este jueves que la Comisión Europea y la agencia europea de fronteras Frontex son "demasiado burocráticas".
En el último año han llegado a Europa más de un millón de migrantes, principalmente procedentes de países en conflicto como Siria, Irak y Afganistán pero también de Pakistán, Argelia, Túnez y Marruecos.
Austria, un país de 8,7 millones de habitantes, acogió en 2015 a unos 90.000 demandantes de asilo, el equivalente de más del 1% de la población.
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