Bersani y Renzi pugnan mañana por la candidatura del centroizquierda italiano

  • El secretario general del Partido Demócrata (PD), Pier Luigi Bersani, y el alcalde de Florencia, Matteo Renzi, se disputarán mañana en la segunda vuelta de las primarias del centroizquierda la candidatura para la Presidencia del Gobierno en las elecciones que se celebrarán en Italia en 2013.

Roma, 1 dic.- El secretario general del Partido Demócrata (PD), Pier Luigi Bersani, y el alcalde de Florencia, Matteo Renzi, se disputarán mañana en la segunda vuelta de las primarias del centroizquierda la candidatura para la Presidencia del Gobierno en las elecciones que se celebrarán en Italia en 2013.

Bersani, de 61 años, y Renzi, de 37, escenificarán este domingo el último acto de unas elecciones primarias en las que han sido cabeza de cartel, protagonistas de una disputada contienda entre el representante de la vieja guardia, el secretario del partido, y quien pretende liderar la renovación generacional de la política italiana desde las filas del PD.

Una vez descartados los otros tres candidatos, Renzi y Bersani esperan el resultado de esta segunda vuelta para acelerar el motor de la alianza de centroizquierda entre el PD y la formación Izquierda Ecología Libertad (SEL) hacia una victoria electoral más que probable, según los últimos sondeos.

Como previsto en las normas para la primera vuelta del pasado domingo, los ciudadanos inscritos podrán votar entre los dos únicos candidatos que quedan de las 08.00 y hasta las 20.00 horas (07.00 a 19.00 GMT), en lo que se espera que sea un nuevo éxito de participación tras los más de tres millones de sufragios emitidos hace una semana.

Entonces, Bersani, de tradición comunista y con una amplia experiencia de Gobierno, quedó como favorito, con el 44,9 por ciento de los votos, aunque lejos de superar el 50 por ciento que le habría permitido proclamarse ya en la primera vuelta candidato a suceder al tecnócrata Mario Monti al frente del Ejecutivo italiano.

Por detrás del secretario del PD quedaron Renzi, con un 35,5 por ciento de los sufragios, seguido, con un 15,6 por ciento, de Nichi Vendola, líder de SEL, presidente de la región de Apulia y cuyo apoyo a Bersani en esta segunda vuelta puede resultar clave por el arrastre de votos que esto pueda conllevar.

Ellos tres fueron los grandes protagonistas de la primera vuelta de las primarias, en las que también concurrieron Laura Puppato (2,6 %) y Bruno Tabacci (1,4 %), y lo han sido durante esta semana, sobre todo con el frente común hecho entre Bersani y Vendola contra Renzi.

De hecho, el tono aparentemente cordial que mostraron hasta el pasado domingo los candidatos se fue diluyendo en los últimos días, en los que Bersani, Vendola, Puppato y Tabacci denunciaron que Renzi había incumplido las normas de las primarias al pagar por varios anuncios en los que promovía el voto en distintos periódicos.

Las normas de las primarias, más allá de las propuestas políticas de uno y otro, son protagonistas en esta segunda vuelta, pues Renzi ha pedido que se permita el voto también a quien no pudo inscribirse para el pasado domingo, convencido de que una mayor movilización puede favorecerle y dar la vuelta a unos sondeos que hablan de diez puntos de ventaja para Bersani.

"Las reglas pueden gustar o no, pero no se pueden cambiar durante la marcha. Dado que nos presentamos para guiar el país, tenemos que ser nosotros quienes hagan que se cumplan", dijo ayer Bersani, quien además pidió a Renzi que no lo estropee todo a última hora.

Bersani, quien fue ministro con los Gobiernos de Romano Prodi y Massimo d'Alema, y Renzi, procedente del área católica del PD, presentan las mayores diferencias en cuestiones económicas, como la cuestión de las pensiones, pues el secretario del partido quiere suavizar la reforma de Monti, que retrasa la jubilación a los 67 años, mientras que el alcalde de Florencia la apoya en pleno.

Acusado a veces de tener ideas más próximas al neoliberalismo que a la izquierda, Renzi se ha mostrado contrario al apoyo dado por Italia al reconocimiento de Palestina como Estado observador de la ONU, algo que, sin embargo, ha aplaudido Bersani.

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