Birmania regula la posesión de tierras ante el clamor de la sociedad civil

  • Solero Rangún (Birmania), 10 dic.- Las autoridades birmanas ultiman esta semana el borrador de una directriz para regular la propiedad sobre la tierra ante duras críticas de los representantes de la sociedad civil y organizaciones garantes de derechos humanos.

Ricardo Pérez-Solero

Rangún (Birmania), 10 dic.- Las autoridades birmanas ultiman esta semana el borrador de una directriz para regular la propiedad sobre la tierra ante duras críticas de los representantes de la sociedad civil y organizaciones garantes de derechos humanos.

Thaung Nyunt, una anciana de 67 años, falleció entre cartones y precarios toldos el pasado agosto tras acampar durante 138 días en pleno centro de Rangún para reclamar la devolución de las tierras que las autoridades le arrebataron.

La mujer, junto a otras 400 personas, demandaba una compensación por la apropiación, por parte del Gobierno militar hace 25 años, de su terreno en Michaungkab, un suburbio de Rangún.

La expropiación de tierras ha aumentado desde que el país se abrió a la inversión extranjera, después de que la dictadura militar que rigió el país durante casi medio siglo cediera en 2011 el poder a un Gobierno civil afín.

"El nuevo Gobierno de la democracia nos ignora", se queja Myo Zin Khaing, portavoz del campamento en el que murió la anciana mientras a su alrededor decenas de compañeros corean proclamas para exigir justicia.

La Administración, presidida desde entonces por el exgeneral Thein Sein, trata de aprobar una directriz para regular la propiedad sobre la tierra.

"La nueva directriz no está pensada para los pobres sino para los inversores y las compañías. Han tratado de clasificar los tipos de tierra para favorecer a los negocios", denunció para Efe Ko Sithu, miembro de la coordinadora de ONG "Land in our Hands".

Para el activista, el borrador "toma la tierra como una mercancía para vender y comprar", pero no refleja su valor ya que "la historia y la cultura provienen de la tierra, dependemos de ella", indicó.

Esta dependencia es determinante para un 65% de la población total del país, quienes viven de la agricultura.

El Gobierno birmano ha llevado a cabo un proceso consultivo que terminará la tercera semana de diciembre para añadir las opiniones de diferentes actores en el borrador.

Sin embargo, desde la sociedad civil se quejan de que el procedimiento ha sido exclusivo y precipitado.

"Se debería empezar de cero con el borrador para incluir a los verdaderos representantes de los granjeros y a otros sectores, (...) hicimos la consulta solo para demostrar que el Gobierno se involucra con la gente, pero es solo maquillaje", valora Ko Sithu.

En febrero de este año, una comisión parlamentaria reconoció unos 750 casos de apropiación indebida de tierras, de los cuales un 75% fueron llevadas a cabo por los militares, de un total de 6.000 solicitudes enviadas.

"Es el problema más grande del país, en la tierra están los recursos naturales, y hay muchas cosas relacionadas, puede afectar la paz porque cuando el Gobierno intenta confiscar la tierra en zonas de conflicto aumentan las tensiones", afirma Ko Sithu.

Las autoridades birmanas han firmado un alto el fuego con la mayoría de los 17 grupos armados de las diferentes minorías étnicas que habitan el país, en un intento de poner fin a una de las guerras civiles más longevas del mundo.

En casos como el del estado Karen, junto a la frontera tailandesa, donde se han dado 11 enfrentamientos desde principios de año, la violencia continúa a pesar de la tregua.

Eh Thaw, miembro de Karen Human Rights Watch, aboga por que se reforme la ley para que la tierra no sea "propiedad del Gobierno sino de los aldeanos" y de que se respeten los títulos de propiedad otorgados a los granjeros en las zonas que controlan las autoridades de las minorías étnicas.

Bajo el conjunto de leyes actuales, el Estado es el propietario final de toda la tierra en un país con medio millón de desplazados internos a causa de la violencia y los intereses económicos.

"Los empresarios son empresarios, solo se preocupan por los beneficios, no deberían de hacerse inversiones hasta que concluyese el proceso de paz", opinó la activista.

Lejos del estado Karen, en el interior del país, el maestro budista Thawarba Sayadaw Ottamasara visita un terreno formado por bosques y cultivos a 150 kilómetros al oeste de Rangún, donde construirá un pueblo para alojar a personas que necesitan un hogar.

Entre los seguidores de Ottamasara se encuentra A.N, doctora retirada que trabajó para el Gobierno birmano durante 34 años y que perdió sus tierras por no tener la nacionalidad birmana.

"El Gobierno está muy ocupado convirtiendo a Myanmar en un país democrático, pero lo están haciendo a su manera, no a la manera de Aung San Suu Kyi", critica la doctora al citar a la premio Nobel de la Paz y líder de la oposición birmana. EFE

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