Bombardeos y crisis Netanyahu-Lieberman complican un posible alto el fuego

  • La muerte de ocho milicianos en bombardeos israelíes sobre Gaza y la decisión del ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, de romper con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, complicaron hoy los esfuerzos por reducir la tensión entre Israel y Hamás.

Saud Abu Ramadán y Javier Martín

Gaza/Jerusalén, 7 jul.- La muerte de ocho milicianos en bombardeos israelíes sobre Gaza y la decisión del ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, de romper con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, complicaron hoy los esfuerzos por reducir la tensión entre Israel y Hamás.

Lieberman, uno de los halcones más duros de la actual coalición de gobierno, y Netanyahu se enzarzaron la noche del domingo en una acalorada discusión sobre el tipo de respuesta que Israel debe dar al movimiento islamista Hamás, al que acusa del asesinato de tres jóvenes israelíes desaparecidos el 12 de junio.

El resultado fue un primer golpe para Netanyahu: el jefe de la diplomacia y líder del partido derechista Israel-Beitenu anunció que rompía con la plataforma que sus respectivos partidos formaron a finales de 2012 para concurrir a las elecciones de enero de 2013.

La alianza "Israel Beitenu-Likud" logró la victoria en aquellos comicios con 31 escaños, 11 de los cuales pertenecen a la formación que dirige Lieberman.

La decisión deja también amenazada la continuidad de la propia coalición de Gobierno, que en los cerca de 15 meses que lleva en el poder se ha sostenido a duras penas.

Además de Lieberman, Netanyahu se apoya en el ministro de Finanzas y líder nacionalista y pro colono Naftalí Bennet, en la pragmática ministra de Justicia, Tzipi Livni, y en el populista ministro de Economía, Yair Lapid, antigua estrella de la televisión.

Lapid y Livni ya amagaron meses atrás con abandonar a Netanyahu, en especial tras fracasar el diálogo con los palestinos.

Las diferencias se ampliaron el pasado lunes tras ser hallados los cadáveres de los tres jóvenes israelíes desaparecidos, con disputas entre quienes como Lieberman y Bennett exigían una respuesta militar dura y quienes como Lapid y Livni pregonaban la mesura.

Israel acusa del crimen a dos miembros del ala militar de Hamás, ex presos en cárceles israelíes, buscados desde el mismo día en el que los jóvenes desaparecieron.

En este operativo militar, todavía en marcha, han sido detenidas cerca de 500 personas, la mayor parte de ellas miembros del movimiento islamista en Cisjordania, y han sido desmanteladas diversas instituciones vinculadas al grupo.

Además han muerto siete personas, cinco de ellas por disparos israelíes.

Nada más descubrirse los cadáveres el pasado lunes, Netanyahu afirmó que la respuesta tendría tres fases: hallar a los culpables, destruir la infraestructura de Hamás e impedir el creciente lanzamiento de cohetes desde la Franja.

El viernes, Lieberman ya criticó con dureza esta política al afirmar que consideraba "un error" grave negociar con Hamás.

Según cifras del Ejército israelí, desde que los jóvenes desaparecieran han sido lanzados desde Gaza más de 150 cohetes, que han causado daños materiales y heridas leves a dos soldados.

La aviación israelí ha replicado con bombardeos sobre la Franja en los que han muerto doce milicianos de Hamás y del grupo radical palestino "Yihad Islámica" y un niño de siete años.

La negociación política tampoco parece ser deseada por las milicias radicales, incluido el brazo armado de Hamás, más proclives al enfrentamiento abierto después de que ocho milicianos murieran en Gaza en las últimas horas.

Según fuentes en la Franja, seis miembros de las "Brigadas al Qasam", brazo armado de Hamás, perdieron la vida este domingo al impactar un misil israelí en el túnel en el que buscaban cobijo.

Además, dos miembros de la "Yihad Islámica" perecieron en un ataque sobre el campo de refugiados de Bureij, en el centro de Gaza, y una tercera persona murió en Rafah, fronteriza con Egipto.

"Sangre por sangre, aquellos que prenden el fuego se quemaran con su propio fuego. La sangre de nuestros mártires no se derrama en vano", advirtió hoy Hamás en un comunicado.

"El enemigo sionista habla de calma al tiempo que derrama la sangre de nuestro pueblo en Gaza, Jerusalén, Cisjordania y las tierras ocupadas desde 1948. Arresta a los prisioneros que habían sido liberados y mantiene el asedio militar a Gaza con el silencio internacional", agregó.

En medio del cruce de declaraciones y amenazas, el embajador de Egipto en Ramala, Wael Attiyah, confirmó el domingo que su país "trata de mediar entre las partes desde hace días para devolver la calma a Gaza".

Una mediación aún infructuosa que Hamás de momento niega y que Israel asegura no avanza por la decisión del movimiento islamista de ignorar las propuestas de El Cairo.

Fuentes diplomáticas dijeron a Efe que Hamás espera un regalo de Egipto para controlar al resto de las milicias, que en las últimas horas han asumido la autoría de los disparos de cohetes: la apertura de Rafah, que aliviaría el asedio y la crisis en Gaza.

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