Boston vuelve a correr más fuerte que nunca un año después de sufrir su peor atentado

    • El maratón de este año ha contado con 36.000 participantes, 9 mil más que en los últimos años.
    • Más de 3.500 policías han velado por la seguridad, con exhaustivos registros y prohibiciones.
Boston vuelve a correr su maratón un año después de los atentados
Boston vuelve a correr su maratón un año después de los atentados

Decenas de miles de corredores y una multitud de espectadores hicieron renacer este lunes al maratón de Boston tras el horror del doble atentado del año pasado, en una jornada marcada por la emoción y un inédito operativo de seguridad.

Para que la fiesta fuese completa, un estadounidense, Meb Keflezighi, ganó por primera vez desde 1983 en el que es considerado el maratón más antiguo del mundo y que se corre en esta ciudad de Massachusetts desde 1897.

Un impresionante operativo con más de 3.500 policías, el doble del año pasado, y 60 agencias gubernamentales tuvo a su cargo la seguridad de la carrera, marcada por el horror de las explosiones de dos bombas artesanales en la línea de llegada el 15 de abril de 2013 que dejaron tres muertos y 264 heridos.

La intención era revivir tras aquella tragedia y hasta la meteorología acompañó el lunes a Boston, con un cielo azul inmaculado y un sol radiante con una agradable temperatura, buenas condiciones para los cerca de 36.000 participantes, 9.000 más que en los últimos años y no lejos del récord de 38.708 del maratón del centenario de 1996.

Kevin Havel, de 24 años, oriundo de Chicago (norte de Estados Unidos) y uno de los primeros en llegar entre los aficionados, corrió por primera vez en Boston y no podía esconder su felicidad.

La Asociación Atlética de Boston (BAA, según sus siglas en inglés) realizó un momento de silencio a las 08.45 hora local en Hopkinton, lugar de la largada, desde donde cinco minutos más tarde se lanzó la primera tanda de participantes.

Los organizadores establecieron una serie de medidas draconianas para los corredores, incluyendo una política "sin mochila", en respuesta al hecho de que fue allí que los presuntos autores de los ataques, los hermanos de origen checheno Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, escondieron las ollas a presión convertidas en bombas.

Los espectadores tenían las mismas directivas de seguridad aunque sin la prohibición expresa de la posesión de mochilas, y soportaron con paciencia los controles policiales en las esquinas cercanas a la zona de la línea de llegada, constató la AFP.

El orgullo de la ciudad podía verse en las decenas de camisetas con el lema "Boston fuerte" vestidas de manera orgullosa y en pancartas en tiendas, restaurantes y hoteles en toda la ciudad.

"Aquí no dejamos que los terroristas ganen. Volvemos, no nos importa. No van a detenernos", afirmó a la AFP Rudy Duplissis, que vino con su mujer Claire a alentar a su hija Leah, que corre por tercera vez en Boston.

Los Duplissis se ubicaron con unas sillas plegables cerca de la línea de llegada, tal como lo habían hecho el año pasado. "Me siento segura, tomaron suficientes precauciones", dijo Claire.

"Hay más seguridad, claro. Más calles cerradas, policía con perros. Hay una sensación de seguridad", coincidió Rudy.

Amby Burfoot, campeón en Boston en 1968 y que con 67 años volvió a correr tras no haber podido concluir la prueba en 2013 por los ataques, destacó que "la atracción estelar" de esta edición eran los espectadores.

"Somos 36.000 corredores y tenemos suerte de ir en medio de desfile, con fanáticos a ambos lados del camino. Nos sentimos todos muy afortunados de participar de esto", señaló a la AFP.

Las autoridades estadounidenses homenajearon a las víctimas el martes pasado en coincidencia con el primer aniversario exacto de los atentados, pero a lo largo de los 42.195 km recorridos este lunes hubo muchos tributos personales.

La joven Heather Abbott, que sufrió la amputación de parte de su pierna, estaba por ejemplo entre los espectadores para apoyar a Erin Chatham y Peter Riddle, que ayudaron a salvar su vida aquella tarde de 2013.

En lo estrictamente deportivo, el experimentado estadounidense Keflezighi, de 38 años, se impuso con un tiempo de 2 horas 8 minutos y 37 segundos, relegando a los keniatas Wilson Chebet y Frankline Chepkwony.

El etíope Lelisa Desisa, cuya victoria el año pasado pasó casi desapercibida y que partía como favorito, no logró concluir la prueba.

Entre las mujeres, la keniata Rita Jeptoo se coronó por tercera vez en Boston, repitiendo su triunfo del año pasado con una marca récord de 2:18:57.

En la línea de llegada en la calle Boylston se erigió un pequeño memorial en homenaje de las víctimas.

"Nunca los olvidaremos", decía un letrero junto a cuatro cruces con los nombres de los muertos (tres el día de la carrera y un oficial de policía baleado días después cuando los hermanos Tsarnaev intentaban huir) escritos en un corazón rojo.

Los Tsarnaev habían sido identificados como autores de los ataques días después del maratón de 2013 gracias a filmaciones de cámaras y miles de fotografías.

Tamerlan, de 26 años, fue abatido por la policía el 19 de abril luego de haber matado a un oficial, y Dzhokhar, de 20 años actualmente, fue capturado horas más tarde y espera su juicio acusado de 30 cargos federales.Tsarnaev intentará evitar la pena de muerte

La defensa de Dzhokhar Tsarnaev dejó entrever, un año después del atentado con bomba de la maratón de Boston, la estrategia que seguirá para evitar que el acusado del atentado evite la pena de muerte.

La defensa del joven de 20 años, acusado de colocar una de las bombas en la recta final de la carrera, intentará demostrar que su hermano mayor, Tamerlán Tsarnaev, de 26, muerto en una persecución tras el atentado, fue la influencia definitiva que le arrastró al islamismo radical y a cometer el peor atentado de la historia de Boston.

Dzhokhar, que se ha declarado no culpable de todos los cargos de que se le acusa, entre ellos uso de arma de destrucción masiva y cuatro asesinatos, no estuvo presente esta mañana en una de las últimas vistas preparatorias antes de que su juicio comience el 3 de noviembre.

El juez federal del caso, George A. O'Toole, rechazó eliminar o fusionar algunos de los 30 cargos presentados contra Dzhokharpor el Gobierno federal al considerarlo prematuro y desestimó la petición de la Fiscalía de que el acusado no pueda revisar fotos de la autopsia de las víctimas durante el proceso.

Asimismo, se mostró favorable a rebajar una de las restricciones de su estricto régimen de aislamiento, que sólo le permite contacto con representantes legales y con las dos hermanas mayores, consideradas por la defensa como claves para conocer la dinámica familiar de Dzhokhar.

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