El primer ministro británico, Gordon Brown, se ha reunido durante veinte minutos con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham para solicitar la disolución del Parlamento, que se hará efectiva el próximo lunes, según confirmaron ayer fuentes del partido.
Aunque el líder laborista no ha dicho explícitamente la fecha de los comicios en su comparecencia de hoy, el anuncio implica la celebración de las próximas elecciones generales el próximo 6 de mayo.
El líder laborista ha asegurado a la puerta del número 10 de Downing Street que quiere asumir la responsabilidad de reducir el déficit y sacar al país de la crisis económica, algo que ha calificado como "tarea urgente". Entre los principales objetivos que se ha marcado están reducir la tasa de desempleo y el gasto público. La mejora de los servicios públicos es otro de los retos que ha reiterado el primer ministro británico.
Brown, que ha comparecido rodeado por los miembros de su gabinete, ha pedido un voto de confianza a los británicos, mientras los sondeos continúan dando unas cifras muy igualadas al Partido Laborista y a los 'Tories" de David Cameron, que superan ligeramente en intención de voto a la formación de Brown. El líder laborista ha manifestado que el país se "está de camino a la recuperación y nada de lo que hagamos debería poner esa recuperación en peligro".
Por su parte, Cameron ha dicho que el Reino Unido merece "algo mucho mejor" que otros cinco años de gobierno de Gordon Brown y ha llamado a votar por una "alternativa conservadora moderna".
Reñida campaña electoral
Un sondeo publicado hoy en el diario británico The Guardian indica que los laboristas sólo están cuatro puntos por detrás de los conservadores y podrían permanecer como el mayor grupo político en el Parlamento, aunque sin una mayoría total.
El apoyo a los conservadores está distribuido de forma irregular en los 650 electorados parlamentarios de Reino Unido, lo que significa que los laboristas pueden ganar la mayoría de los escaños si no consiguen la mayor porción de los votos a nivel a nacional. Si bien es cierto que otros sondeos publicados en diversos medios británicos hablan de una ventaja de diez puntos para los "Tories".
El anuncio de la disolución del Parlamento da el pistoletazo de salida a la que será una de las batallas electorales más duras que se libran en este país en los últimos años.
Fuentes laboristas han señalado que pese a que no se ven a sí mismos como favoritos, el partido cuenta con "determinación" para ganar.
Los conservadores aseguran que recortarían el déficit de forma más eficaz que los laboristas y en su momento prometieron exonerar a la mayoría de los trabajadores de un impuesto a la renta que el partido en el Gobierno planea para 2011.
Brown luchará ahora por renovar un cuarto mandato del Partido Laborista, aunque se enfrenta no sólo al conservador David Cameron, sino también al líder liberal demócrata Nick Clegg, que amenaza con acabar con el habitual bipartidismo británico.
Clegg ha declarado que considera Gordon Brown "directa y personalmente responsable de los mayores errores que se han cometido durante los últimos 13 años [de Gobierno laborista]".Clegg ha dicho que centrará su campaña en denunciar lo ocurrido durante la crisis financiera y la recesión, la invasión ilegal de Irak, la corrupción de la clase política y el empeoramiento generalizado del nivel de vida de los británicos bajo el laborismo, bajo su punto de vista.
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