Calma y participación masiva en las cruciales elecciones de Guinea Bissau

  • La ausencia de incidentes y la masiva afluencia de electores a las urnas han marcado hasta el momento los comicios presidenciales y legislativos que se celebran hoy en Guinea Bissau, los primeros desde el golpe de Estado de 2012 y que deben servir al país para alcanzar la normalidad democrática.

Nouha Mancaly

Bissau,13 abr.- La ausencia de incidentes y la masiva afluencia de electores a las urnas han marcado hasta el momento los comicios presidenciales y legislativos que se celebran hoy en Guinea Bissau, los primeros desde el golpe de Estado de 2012 y que deben servir al país para alcanzar la normalidad democrática.

"Esperamos que todo continúe en el mismo tono de civismo y tolerancia y que siga la participación masiva", declaró el presidente de la Comisión Electoral Nacional, Augusto Mendes.

Según ha informado la Comisión Electoral Nacional, el buen ritmo de participación y la tranquilidad son la tónica general tanto en la capital, Bissau, como en el resto del país.

Después de votar en Bissau, el presidente de transición de la República, Serifo Nhamadjo, expresó su satisfacción por la actitud de todos los "participantes en el proceso electoral" y pidió "tolerancia" y "patriotismo" para que el país logre "preservar la paz y la estabilidad".

Los llamamientos a la concordia y al orden han venido también de los candidatos favoritos para llegar a la Presidencia del país.

"Guinea Bissau tiene que lograr la estabilidad con el concurso de todos los guineanos", señaló el primero en las quinielas, el candidato del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), José Mário Vaz, que pidió a los más de 700.000 electores con derecho a voto que no se queden en casa.

El aspirante independiente Nuno Gomes Biam, que tenía el apoyo del expresidente recientemente fallecido Kumba Yala, se mostró confiado en sus opciones de victoria y solicitó a los ciudadanos que ejerzan su derecho al voto de manera "responsable".

Gomes Biam cuenta con el apoyo de parte de la base electoral del Partido de la Renovación Social (PRS), la segunda formación política del país y cuyo candidato es el empresario Abel Incada.

Otro aspirante destacado es el también independiente Paulo Gomes, quien afirmó hoy que, en la misma línea de concordia que sus adversarios, la responsabilidad del futuro del país está ahora en el voto de los ciudadanos, tras años en manos de los militares.

"Creo que seré elegido presidente, y mi primera tarea es la de trabajar por la reconciliación nacional", señaló Paulo Gomes, también optimista sobre sus posibilidades.

La votación, de cuyo éxito depende Guinea Bissau para poner fin al ostracismo internacional al que le condenó el golpe militar de 2012, servirá para elegir a los 102 diputados del nuevo Parlamento, y está vigilada de cerca por más de 500 observadores internacionales de organismos regionales, la Unión Africana (UA), Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

Más de 4.000 soldados de las fuerzas armadas nacionales y de los países de la Comisión Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) velan por la seguridad durante los comicios, que han llevado a las autoridades a cerrar las fronteras terrestres y aéreas del país desde la pasada medianoche y que volverán a abrirse este lunes.

"Esperamos que Guinea Bissau cambie a partir del domingo. Estamos cansados de la incertidumbre y de los golpes de Estado sucesivos", dijo a Efe un ciudadano cuando se disponía a votar en uno de los colegios de la capital.

Los centros de votación se cerrarán hoy a las 18.00 (hora local y GMT) y los primeros resultados oficiales comenzarán a conocerse a partir de entonces.

Estos comicios presidenciales y legislativos se celebrarán después de haber sido aplazados en dos ocasiones desde su primera convocatoria, el 24 de noviembre de 2013, que se anuló por los problemas de financiación que atraviesa el Estado y que le impedían celebrar la votación con garantías.

Independizada de Portugal en 1974, Guinea Bissau ha padecido asesinatos y golpes de Estado que han malherido la salud democrática de un país que vivió su etapa de paz política más prolongada durante los 23 años de mandato de Joao Bernardo "Nino" Vieira, derrocado en 1999.

En 2012, un nuevo golpe desalojó del poder al expresidente Raimundo Pereira y al exprimer ministro Carlos Gomes Júnior, quien desde su exilio en Portugal ha alertado de la intención del Gobierno provisional de "instaurar una dictadura militar".

Este último levantamiento fue castigado por socios y países donantes, que suspendieron sus ayudas al desarrollo y arrastraron así a este pequeño país de África Occidental lastrado por el narcotráfico y la corrupción a una honda crisis política y económica.

La comunidad internacional no ha reconocido el Gobierno de la transición, liderado por Manuel Serifo Nhamadjo, y ha suspendido todas sus relaciones con el país.

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