Camatte, libre: "Todos los días pensaba que había llegado mi última hora"

Con la piel quemada por el abrasador sol del Sáhara, con el pelo algo más largo de lo habitual en él y sin sus gafas, que se le rompieron durante el cautiverio, pero en aparente buen estado de salud, el francés de 61 años, Pierre Camatte, ha explicado ante la prensa en Bamako -capital de Mali- que los terroristas le dieron una manta en medio del desierto y que esa era su "prisión".Ha explicado que "uno está aislado, no se puede mover, en medio del calor del Sáhara, con unas condiciones de higiene espantosas y una alimentación y un agua absolutamente repugnantes". Sin embargo, ha dicho que "lo más difícil era la soledad".

Liberado el pasado martes en la región de Kidal, en el noreste de Mali, por la rama de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) -la misma que mantiene secuestrados a los tres cooperantes españoles de Barcelona Acció Solidaria-, Camatte ha relatado que sus captores "leían todo el tiempo el Corán" y afirmaban a menudo que el resto de musulmanes "no eran verdaderos creyentes"."Aseguran que son ellos los que están en posesión de la verdad suprema y que su objetivo es islamizar al mundo entero, son unos fanáticos", ha recalcado el francés.

Camatte ha explicado que sus secuestradores captan sobre todo a jóvenes, "entre un 70 y un 80 por ciento de ellos de unos 20 años" y que se comunicaba a veces con algunos en inglés, ya que "son pocos los que hablan francés".Ha descrito su vida en cautiverio como un peligro constante: "Me amenazaban continuamente con golpes, con bofetadas, con el cañón del kalashnikov, todos los días pensaba que había llegado mi última hora", a lo que ha añadido que a partir de ahora debe "reconstruirse".

El ex rehén francés ha comparecido ante la prensa junto a Nicolás Sarkozy, el ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner y el secretario de Estado de cooperación galo Alain Joyandet, que llegaron de madrugada a Bamako procedentes de Gabón.Sarkozy ha agradecido al presidente de Mali, Amadou Toumane Touré su "gran colaboración" en la resolución del secuestro y ha afirmado que "la vida de un hombre merecía todos los esfuerzos, sin los que ahora mismo puede que no estaríamos aquí".El presidente francés ha añadido que "el papel del presidente de la República es llevar a casa con vida a los ciudadanos franceses", y ha mostrado su solidaridad con el resto de rehenes, entre ellos los tres cooperantes españoles que permanecen todavía en poder de Al Qaeda en el norte de Mali: Albert Vilalta, herido de bala, Roque Pascual y Alicia Gámez.

Por su parte, Touré ha destacado que la "hospitalidad" de su país le obligaba a "implicarse para ayudar a alguien que eligió vivir aquí".Ante las críticas de Argelia y Mauritania y también en su propio país sobre la puesta en libertad de 4 presos islamistas, que exigían los terroristas para no matar a Camatte, Touré se ha preguntado "qué pensaría el mundo si el francés hubiese sido ejecutado".

Pierre Camatte fue secuestrado el 26 de noviembre en un hotel de Menaka, en la región norteña de Gao, y liberado el pasado martes después de que Bamako pusiese en libertad el lunes a cuatro islamistas radicales-dos argelinos, un mauritano y uno de Burkina Faso- encarcelados en una prisión de la capital.