Cameron, del espionaje a los desacuerdos sobre Europa

  • El primer ministro británico, David Cameron, ha gobernado este año a la defensiva por las revelaciones de espionaje masivo en internet, el rechazo a la intervención militar en Siria y el acoso de los "tories" euroescépticos.

Patricia Souza

Londres, 19 dic.- El primer ministro británico, David Cameron, ha gobernado este año a la defensiva por las revelaciones de espionaje masivo en internet, el rechazo a la intervención militar en Siria y el acoso de los "tories" euroescépticos.

La incesante presión dentro de su propio partido, el Conservador, llevó a Cameron a comenzar el año, el 23 de enero, con la promesa de un referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea (UE) para decidir de una vez, después de 40 años, si "quedarse o salir".

Pero el líder "tory" trató de alejar el espinoso problema que puede plantear una eventual salida del bloque europeo, que no desean las grandes empresas británicas, situando la fecha de celebración de la consulta en 2017, lo que sólo sucederá además si los conservadores ganan las elecciones generales de 2015.

Las encuestas no son favorables para el Partido Conservador ni para sus socios de la coalición de Gobierno, los liberaldemócratas de Nick Clegg, pues las encabeza el Partido Laborista de Ed Miliband, en la oposición desde la victoria de Cameron en 2010.

Miliband, cuyo liderazgo adolece de falta de popularidad, puede presumir sin embargo de haber cambiado este año el curso de una intervención internacional contra Siria que parecía inevitable.

Fue la votación en la Cámara de los Comunes del 29 de agosto que rechazó la guerra contra Siria, por solo trece votos de diferencia, la que llevó al presidente de EEUU, Barack Obama, a solicitar el apoyo de su Congreso y, en una cadena, acabó paralizando la intervención militar contra el régimen de Bachar al Asad por su supuesto uso de armas químicas contra la población civil.

El "no" de los Comunes, defendido por Militand, evidenció que el fantasma de la guerra de Irak sigue vivo en el Reino Unido diez años después, además de suponer un grave error de cálculo del primer ministro, que interrumpió el receso estival de los diputados para que aprobasen por vía de urgencia su decisión de atacar a Siria, sin éxito.

Menos críticas internas le ha supuesto a David Cameron el goteo de revelaciones denunciadas durante meses por el exanalista de la CIA Edward Snowden en el diario británico "The Guardian" sobre el espionaje en internet de Washington con apoyo de Londres.

El primer ministro británico ha censurado duramente las revelaciones de Snowden sobre la vigilancia masiva en internet de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA), con participación del centro de escuchas británico GCHQ, y ha defendido la legalidad del trabajo de los servicios de inteligencia del Reino Unido.

"Lo que Snowden ha hecho efectivamente, y lo que algunos periódicos le ayudan a hacer, es convertir en mucho más difícil la protección de nuestros países y de nuestra población", ha sido la posición mantenida por Cameron, que ha llegado a amenazar veladamente a "The Guardian" por sus informaciones.

No obstante, aunque las organizaciones civiles y de periodistas han censurado lo que consideran un ataque a la libertad de prensa y "The Guardian" ha seguido publicando más datos sobre el espionaje, el Gobierno conservador ha salido vivo del escándalo.

Así se demostró en la histórica comparecencia en el Parlamento de los jefes de los servicios británicos de espionaje, el pasado 7 de noviembre, cuando la oposición laborista fue tibia y evitó preguntas comprometedoras en una sesión en la que de nuevo se acusó a Snowden de "poner en riesgo" la seguridad del Reino Unido.

Ahora David Cameron afronta en 2014 su último año completo antes de los comicios generales, que se verá marcado por el resultado del referéndum que celebrará Escocia el 18 de septiembre para decidir si se independiza del Reino Unido, lo que podría marcar el futuro político del líder conservador.

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