Para muchos españoles, la capa de ozono fue la primera gran campaña de concienciación medioambiental que conocieron. Esta capa de gases, con alta concentración de O3, se extendía desde los 15 hasta los 50 kilómetros de altitud, y era capaz de absorber hasta un 99% de la radiación ultravioleta del sol.
¿Qué significa aquel agujero en la capa de ozono con la que se alarmaban los expertos? Fundamentalmente, un aumento espectacular de los casos de melanomas, cataratas oculares y daños en el sistema inmunitario, así como graves consecuencias para numerosas especies que viven en el planeta.
Afortunadamente, las políticas de reducción de gases CFC (clorofluorocarbonos), muy presentes en aparatos refrigeradores y botes de aerosol de todo tipo, comienzan a hacer efecto. Si bien el agujero de la capa de ozono alcanzó su máximo deterioro en septiembre del año 2000, desde entonces el problema se ha reducido a un ritmo del 1% anual.
El agujero se cerrará para mediados de siglo
En términos de tamaño, ese agujero se ha reducido en más de 4 millones de kilómetros cuadrados, o lo que es igual, un área similar a la que ocupan los 28 países de la Unión Europea. En 1987 se firmó el Protocolo de Montreal para prohibir los gases CFC, y desde que se encontraran gases sustitutivos a los CFC la situación está mejorando. "Ahora podemos estar seguros de que las cosas que hemos hecho han puesto al planeta en un camino de sanación", dice en un comunicado Susan Solomon, principal autora del informe que ha publicado el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT).
Los investigadores del MIT creen que, a mediados de siglo, este agujero de la capa de ozono podría cerrarse finalmente.
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