Cataluña. El alcalde de lleida ve “imprescindible” la consulta y aboga por una españa federal “con elementos confederales”


El alcalde de Lleida, el socialista Àngel Ros, afirmó hoy en ‘Smartcity. Foro de la Nueva Ciudad’ que para él la consulta soberanista es “imprescindible” y que “la única salida” para España sería un “modelo federal” pero con “elementos confederales” como la “bilateralidad” y el reconocimiento de la plurinacionalidad y el derecho a decidir.
En su intervención en la tribuna informativa que organiza Nueva Economía Fórum, Ros argumentó la necesidad de la consulta señalando que en un momento de crisis institucional y de pérdida de calidad democrática derivada de la influencia de los mercados sobre la política, “los ciudadanos deben poder hablar como única solución sin generar mayores frustraciones”.
El alcalde, que abandonó su escaño en el Parlamento catalán por su desacuerdo con las sanciones impuestas por la dirección del PSC a los diputados que votaron a favor de pedir al Congreso de los Diputados la cesión a la Generalitat de la competencia de convocar referendos, coincidió no obstante con la posición oficial de su partido al sostener que la consulta debe ser “legal y acordada”, pues “no hay posibilidad de consulta sin pacto”. Si hubiera ese acuerdo y por tanto amparo legal, él, como alcalde de Lleida, pondría el censo de la ciudad a disposición de la Generalitat.
Aunque afirmó que no conoce en profundidad la propuesta que hizo ayer la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, de reforma del Senado y modelo federal, Ros matizó que, en su opinión, además de la transformación de la Cámara Alta que ya defendió el expresidente de la Generalitat Pasqual Maragall, habría que reformar la Constitución hacia “un modelo básicamente federal con elementos de bilateralidad”, el reconocimiento de la plurinacionalidad y el derecho a decidir, cosas que no comparte el PSOE.
Para el alcalde de Lérida, este modelo federal no debe ser un mero cambio nominal respecto al actual Estado de las Autonomías. Sin embargo, a la vez aventuró que, si el Tribunal Constitucional no hubiera retocado el Estatuto catalán de 2006, éste habría permitido “un desarrollo autonómico razonable” respondiendo a las demandas de los catalanes durante “20 ó 25 años”.
En su opinión, esa sentencia supuso “un antes y un después” y ha provocado un auge del independentismo que, agudizado por la falta de diálogo entre el Gobierno central y el catalán, ha motivado problemas electorales y crisis internas en el PSC y CiU, los partidos centristas que durante toda la democracia han constituido una “sociovergencia de facto”, con los socialistas en los ayuntamientos y los convergentes en la Generalitat.

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