China afianza su influencia sobre Camboya con ayuda militar y al desarrollo

  • Con la cooperación militar y dinero para al desarrollo, China ha reforzado su relación con Camboya, su mejor aliado en el Sudeste Asiático, donde mantiene disputas territoriales y pugna con Estados Unidos para aumentar su influencia.

Jordi Calvet

Bangkok, 25 ene.- Con la cooperación militar y dinero para al desarrollo, China ha reforzado su relación con Camboya, su mejor aliado en el Sudeste Asiático, donde mantiene disputas territoriales y pugna con Estados Unidos para aumentar su influencia.

Una clara señal de ese fortalecimiento de las relaciones fue la firma, el pasado miércoles, del acuerdo mediante el que las fuerzas armadas de China entrenarán a las tropas camboyanas.

El acuerdo bilateral fue rubricado por el ministro camboyano de Defensa general Tea Banh, y su homólogo chino Qi Jianguo, pocos días después de que el Gobierno del país indochino anunciara la compra de 12 helicópteros Zhi-9 de fabricación china.

"Esto contribuirá a mejorar nuestra capacidad y eficiencia en el sector de la defensa nacional", señaló el Gobierno camboyano en un comunicado.

La compra de estos helicópteros se hizo con dinero procedente del préstamo de 195 millones de dólares que Pekín concedió a finales de año a Camboya, país en el que la inversión china fue de 8.000 millones de dólares en 2012, y la mayor parte se destinó a la construcción de infraestructuras.

La cooperación militar chino-camboyana se intensificó en 2010, después de que Camboya deportara a veinte refugiados uigures a China, lo que provocó que Estados Unidos suspendiera la entrega de 200 vehículos militares que formaban parte de la ayuda militar que concedía al país indochino.

Washington, que persigue una mayor implicación en Asia-Pacífico, ha sido el principal donante de ayuda militar del gobierno de Phnom Penh desde los años 1990, época en la que Hun Manet, hijo mayor del del jefe del Gobierno, Hun Sen, se convirtió en el primer camboyano en graduarse en la escuela militar de West Point.

Estados Unidos ha mantenido su asistencia, a pesar del incidente con los uigures, hasta el punto de triplicarla el año pasado hasta los 18,2 millones de dólares, mientras continuó realizando maniobras conjuntas como las efectuadas el pasado noviembre cerca de la localidad portuaria de Sihanoukville, en las que participó la fragata USS Vandegrift.

Pero esto no ha impedido la implicación china en la modernización y formación del Ejército camboyano, y además de la firma del último acuerdo, Qi Jianguo y Hun Sen, inauguraron también esta semana la ampliación de una escuela militar financiada por Pekín y en la que perfeccionarán su formación aquellos oficiales camboyanos que hayan estudiado especialidades en China.

El experto en ciencias políticas de la universidad australiana de Nueva Gales del Sur, Carlyle Thayer, indicó al diario Phnom Penh Post que "China ya entrena a varios oficiales en su principal universidad de defensa, con un modelo parecido al de Estados Unidos".

El instituto "es un avance en la cooperación en Defensa de China en el Sudeste Asiático (...) Es una oportunidad para China para moldear el futuro del Ejército camboyano", dijo.

La creciente influencia de Pekín sobre Camboya, alimentada con sus millonarias donaciones, ha levantado suspicacias entre algunos otros miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), como Filipinas y Vietnam, que mantienen una tensa disputa con Pekín por la soberanía de varias islas ubicadas en el Mar de China Meridional.

Las críticas se intensificaron en 2012, cuando Camboya, que desempeñaba la presidencia de turno del grupo, fue acusada en el mismo seno de la ASEAN de defender los intereses de China en vez de los de sus socios.

La Fuerzas Armadas de Camboya cuentan con unos 101.000 efectivos, 75.000 de los cuales en el Ejército de tierra, 4.000 en la marina, 2.000 en las fuerzas del aire, 10.000 en las fuerzas especiales, y otros 10.000 en la gendarmería.

En los últimos años Camboya ha participado en misiones de paz de la ONU en países como Sudán, Chad, República Centroafricana o Líbano, donde envió expertos en desactivación de minas antipersonales, uno de los legados que aun padece el país asiático tras las décadas de guerra a finales del siglo XX.

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