Chipre anuncia fin de corralito y sus ciudadanos se preparan para nueva etapa

  • Al décimo día de corralito en Chipre llegó la noticia que todos esperaban: las entidades financieras volverán a abrir mañana sus puertas, a excepción de las dos mayores, el Banco de Chipre y el Popular, que reanudarán sus servicios el jueves.

Andrés Mourenza

Nicosia, 25 mar.- Al décimo día de corralito en Chipre llegó la noticia que todos esperaban: las entidades financieras volverán a abrir mañana sus puertas, a excepción de las dos mayores, el Banco de Chipre y el Popular, que reanudarán sus servicios el jueves.

Eso sí, los chipriotas saben que comienza una nueva etapa para ellos y que será dura, por lo que se enfrentan a los nuevos tiempos con estoicismo unos y con desconfianza otros.

En un comunicado, el Banco Central de Chipre anunció hoy que las entidades "operarán mañana normalmente durante sus horas de trabajo habituales"; sin embargo, el Banco de Chipre y Banco Popular (Laiki Bank) deberán esperar hasta el jueves para su reapertura "para poder finalizar los aspectos operativos de su fusión".

"El Banco Central de Chipre, aplicando las leyes que ha votado el Parlamento, impondrá algunas restricciones a las transacciones. Es una medida provisional que progresivamente se irá levantando", dijo el presidente chipriota, Nikos Anastasiadis, en un discurso televisado y contradiciendo con ello informaciones difundidas por la propia banca a diversos medios.

Durante todo el día, hubo gran incertidumbre sobre si se lograría acordar la vuelta al funcionamiento de los bancos, tal y como ejemplificaba un empleado del sector que esperaba sentado en una terraza.

"Estamos esperando una llamada para ver si vamos a trabajar mañana -decía señalando su teléfono móvil- puede que sea sólo para trabajar a puerta cerrada antes de abrir a los clientes".

Según el acuerdo alcanzado en la madrugada por el Eurogrupo, el Banco Popular -intervenido por el Estado desde el pasado año- será dividido en un banco bueno y otro malo.

La parte sana en activos y con los depósitos inferiores a 100.000 euros -además de una deuda de 9.000 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE)- serán asumidos por el Banco de Chipre.

El resto -préstamos morosos, depósitos superiores a 100.000 euros, paquetes accionariales y de bonos- pasarán al banco malo, que será liquidado.

El Estado espera que tan solo de esta operación de reestructuración bancaria se puedan aportar 4.200 millones de euros, del total de 5.800 millones que se ha comprometido a reunir procedente del sector financiero, a cambio de un rescate de 10.000 millones de euros.

En su comunicado, el Banco Central sostuvo que la operación de reestructuración "posibilitará la creación de un banco sano y resistente, capaz de atender las necesidades de sus clientes y, más adelante, respaldar la economía de Chipre".

Por su parte, el BCE aseguró que garantizará la provisión urgente de liquidez solicitada por el Banco de Chipre.

Con todo, hasta que las dos principales instituciones financieras del país reabran sus puertas, éstas mantendrán las restricciones de retirada de efectivo en los cajeros automáticos en 120 euros el Banco de Chipre y en 100 euros el Popular.

El nuevo periodo se abre lleno de incertidumbres para los chipriotas, que reconocen que su sistema basado en el sector financiero ha llegado a su fin, tal y como reconocía recientemente un diario local, según el cual la troika (Comisión Europea, BCE y Fondo Monetario Internacional) ha acabado con el "oportunista modelo económico" de la isla.

Bruselas ha exigido a Nicosia reducir el tamaño de su sector financiero -actualmente unas 7,5 veces mayor que el PIB chipriota, de 17.500 millones de euros- y ello conllevará pérdida de puestos de trabajo en las entidades financieras, aunque, según explicó una fuente bancaria a Efe, se espera que puedan realizarse a través de bajas incentivadas.

"Se abre un periodo muy negro", afirmaba Kostas Konstantinu, trabajador del banco Piraeus: "Los chipriotas estamos acostumbrados a una vida muy diferente, una vida con muchos gastos. Después de este acuerdo... ya nos podemos olvidar de ello".

Fivos Mastridis, propietario de una tienda de telas, se mostraba algo más optimista, ya que peor que la semana pasada, con las operaciones bancarias suspendidas, no podrá ser.

"La gente no compraba, tenía mucho cuidado porque se sentía insegura. Ojalá ahora que se logró el acuerdo la situación mejore", apuntaba.

Andreas Stefanu, propietario de un restaurante y varias tiendas de compraventa de oro y otros productos, lamentaba que perderá "mucho dinero" debido a la reestructuración bancaria, pues tiene depositado en el banco una cantidad importante de fondos.

"Pero eso no es lo importante -aseguraba- lo importante es lo que va a pasar con el país y con la gente normal. Esperamos el regreso de nuestro presidente para que depure todas las responsabilidades".

Sin embargo, en el mundo político dominaba el punto de vista de que el acuerdo conseguido con el Eurogrupo es un "mal menor" porque, de otra forma, Chipre se hubiese visto abocado a la quiebra incontrolada. EFE

amu-fl/ih/acm

Mostrar comentarios