Cinco prominentes musulmanes estadounidenses fueron espiados por la NSA

  • Al menos cinco líderes musulmanes estadounidenses fueron espiados durante años por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en inglés) de EE.UU., entre ellos abogados, académicos y activistas, según una nueva exclusiva del periodista Glenn Greenwald, que ahora trabaja para el medio Intercept.

Washington, 9 jul.- Al menos cinco líderes musulmanes estadounidenses fueron espiados durante años por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en inglés) de EE.UU., entre ellos abogados, académicos y activistas, según una nueva exclusiva del periodista Glenn Greenwald, que ahora trabaja para el medio Intercept.

Entre las personas cuyos correos electrónicos fueron espiados se encuentra Nihad Awad, director del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR), la mayor organización civil islámica de EE.UU., así como Faisal Gill, que trabajó en el Departamento de Seguridad Nacional durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009).

Ninguno de estos estadounidenses fueron acusados ni procesados por crimen alguno durante los seis años de espionaje (2002-2008) que revelan los documentos publicados, parte de la información obtenida por el exanalista externo de la NSA, Edward Snowden.

Entre los objetivos de la NSA se encontraba también Asim Ghafoor, abogado de la Fundación Al Haramain, una organización caritativa saudí, que en 2004 descubrió por un error del Departamento del Tesoro que sus comunicaciones con clientes eran vigiladas.

Los cinco afectados son estadounidenses e incluyen a Hooshang Amirahmadi, profesor de la universidad Rutgers, y a Agha Saeed, experto de la Universidad California State.

Ghafoor y Gill han trabajado para el Capitolio y la Casa Blanca, respectivamente, pero sus vínculos con organizaciones islámicas parecen haber sido los que motivaron la vigilancia electrónica.

Awad trabajó en el panel creado por el exvicepresidente Al Gore para mejorar las relaciones entre la comunidad musulmana y estadounidense y fue uno de los que compareció tras los atentados del 11S para aliviar tensiones, algo que no impidió ser espiado desde 2005.

Greenwall destacó que esta es la primera vez que se pone rostro y nombre a los objetivos del espionaje de la NSA a estadounidenses, una actividad que solo se puede realizar con la autorización de un juez por casos de sospechas terroristas, de espionaje o sabotaje.

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