En una audiencia pública este jueves, los magistrados de la máxima instancia judicial con relación a la Carta Magna escuchaban los argumentos, a favor y en contra, de recuperar 122 piezas precolombinas de la cultura Quimbaya, que en 1893 el presidente encargado de Colombia, Carlos Holguín, regaló a la reina regente de España, María Cristina de Habsburgo-Lorena.
La alta corte deberá pronunciarse sobre el tema, a más tardar en 30 días, tras contrastar con exposiciones de funcionarios gubernamentales y expertos nacionales e internacionales la versión del ciudadano Felipe Rincón, quien interpuso una tutela contra la Nación para regresar a Colombia ese acervo patrimonial.
Rincón pidió "la protección de los derechos colectivos de los colombianos a la moralidad administrativa y al patrimonio público, que estima conculcados con la entrega (...) del denominado Patrimonio Cultural Quimbaya", según el auto de la Corte en referencia al expediente.
Holguín, artífice como ministro en 1881 del inicio de las relaciones con el reino español después de la independencia, hizo el ofrecimiento posterior por su "amistad" con la reina y "so pretexto de que ella había firmado, en favor de Colombia, según dijo, un laudo arbitral de límites con Venezuela", explicó a la AFP el historiador Jaime Lopera.
Para este especialista, uno de los expositores este jueves y presidente de la Academia de Historia de Quindío, departamento del centro-oeste de Colombia donde los Quimbaya estaban asentados, este obsequio fue ilegal porque nunca fue aprobado por el Congreso, tesis que comparte con Rincón.
Las piezas que están en el Museo de América de la capital española pertenecían a un conjunto de más de 400 objetos que conformaban el tesoro precolombino, que el Estado logró reunir después de comprarlos a guaqueros.
Las máscaras, figuras humanas, poporos -utensilios para el consumo de la hoja de coca-, cascos, orejeras y otras piezas del Tesoro Quimbaya fueron extraídas del municipio de Finlandia, en Quindío, cuna de una de las civilizaciones precoloniales más importantes de Colombia.
Estos bienes representan "patrimonio arqueológico y pertenecen a la Nación", dijo Rincón en tono apasionado al iniciarse la audiencia, y añadió que se trata de bienes "inalienables, inembargables e imprescriptibles".
Además, el demandante hizo énfasis en la adquisición por parte del Estado colombiano de las piezas, como consta en un contrato de compra de la época. Por lo que, según Rincón, el "daño permanece en el tiempo, situación que se torna inescindible".
Para el gobierno, sin embargo, no cabría exigir la devolución.
Más de un siglo después, "sería sumamente difícil para el Estado cumplir una orden que encara el desconocimiento de una obligación adquirida conforme al derecho internacional", sostuvo Cristina Pardo, secretaria jurídica de la Presidencia.
Por otra parte, la dirección de las relaciones exteriores es, constitucionalmente, "competencia exclusiva del presidente" y una orden sobre cómo conducirlas "conllevaría sin duda una afectación de su independencia", alegó.
Patty Londoño, canciller encargada, afirmó que "no existe un mecanismo que permita a Colombia unilateralmente y de manera coercitiva, obligar al Estado español a restituir las piezas".
En los años 2000, Rincón ya había presentado un recurso judicial para el retorno del Tesoro Quimbaya, fallado a favor en primera instancia por un juzgado de Bogotá el 4 de septiembre de 2009.
El documento ordenaba "llevar hasta su culminación todas las actuaciones (...) tendientes a repatriar y/o adquirir las 122 piezas de oro de la cultura Quimbaya", decisión revocada en 2011 en segunda instancia.
Este abogado insistió entonces con una tutela ante el Consejo de Estado, tribunal de lo contencioso administrativo, que éste rechazó. Finalmente, la Corte Constitucional retomó el texto "en atención a la importancia del asunto, relacionado con la preservación del patrimonio arqueológico y cultural de la Nación", según el auto.
No obstante y pese al debate que inicia este jueves, para el antropólogo Fabián Sanabria, "lo que se regala no se quita".
"Es un caso diferente a cuando las piezas han salido del país bajo circunstancias ilícitas", señaló a la AFP, como cuando España devolvió a Colombia casi 700 piezas precolombinas, confiscadas en 2003 durante una operación contra narcotraficantes.
"Sería muy difícil que los grandes museos del mundo empezaran a devolver la cantidad de objetos de otras partes", agregó Sanabria, exdirector del estatal Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh).
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