Comienza mañana juicio por la matanza de presos de Carandirú 20 años después

  • Más de 20 años después de uno de los episodios más oscuros vivido en las prisiones brasileñas, arranca mañana el juicio contra los policías acusados de la muerte de presos en la llamada "masacre de Carandirú", una ofensiva para contener una trifulca en una cárcel de Sao Paulo que segó la vida a 111 internos.

Sao Paulo, 7 abr.- Más de 20 años después de uno de los episodios más oscuros vivido en las prisiones brasileñas, arranca mañana el juicio contra los policías acusados de la muerte de presos en la llamada "masacre de Carandirú", una ofensiva para contener una trifulca en una cárcel de Sao Paulo que segó la vida a 111 internos.

Está previsto que a las 09.00 horas locales (12.00 horas GMT) de mañana comience la primera fase del juicio en la sala penal de los juzgados de Barra Funda, en el oeste de Sao Paulo.

En esta primera etapa, un total de 26 policías responderán ante el cargo de homicidio cualificado por la muerte de 15 reclusos en el segundo nivel del pabellón número 9 de la Casa de Detención de Carandirú, que fue desmantelada en 2002.

El resto de fases del juicio, que depurará la responsabilidad penal de hasta 79 acusados, está pendiente de fecha, según la estatal Agencia Brasil.

Los hechos ocurrieron el 2 de octubre de 1992 cuando una pelea entre dos reclusos desembocó en una trifulca y para sofocarla los agentes iniciaron una cruenta acción policial que se saldó con 111 presos muertos y 87 heridos.

Según la defensa de los agentes, un total de 286 uniformados participaron en la acción, de los que 84 fueron acusados de homicidio, pero cinco de ellos han muerto desde que ocurrió la masacre.

Uno de los fallecidos es Ubiratán Guimaraes, el coronel de la Policía Militar que dirigió la operación y que llegó a ser condenado en 2001 a 632 años de prisión como responsable de la matanza.

Sin embargo, el antiguo jefe policial y exdiputado regional nunca ingresó en la cárcel, apeló el fallo y en febrero de 2006 el Tribunal de Justicia de Sao Paulo anuló el proceso y fue absuelto.

Pocos meses después, Guimaraes fue hallado muerto en su residencia, al parecer tiroteado por su compañera sentimental.

La cárcel de Carandirú, que tras su clausura fue parcialmente demolida para la construcción de un parque, llegó a albergar unos 10.000 reclusos.

Organismos defensores de los derechos humanos han denunciado que el centro fue escenario de graves violaciones de los derechos fundamentales.

Las oscuras historias vinculadas al penal han sido material de varios libros y películas, entre ellas el filme "Carandirú", del director argentino-brasileño Héctor Babenco.

Pero el lamentable estado de las cárceles brasileñas está lejos de ser cosa del pasado.

El hacinamiento de presos y las malas condiciones de salubridad son una constante, que han llegado a ser denunciadas por el propio ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo.

"Si fuera a cumplir muchos años en una de nuestras prisiones preferiría morir", aseveró el ministro el pasado noviembre en un acto público en Sao Paulo.

Además, el año pasado el subcomité de prevención de la tortura de la ONU denunció en un informe el grave estado de algunas cárceles brasileñas y exigía el cierre inmediato del penal de Ary Franco, en el estado de Río de Janeiro.

El documento detallaba que en esa cárcel se daban casos de tortura y trato degradante a los presos, además de que las celdas presentaban condiciones de insalubridad, suciedad y estaban infestadas de insectos.

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