París, 12 mar.- Los precandidatos franceses afrontan la última semana para lograr el aval de 500 cargos electos que les permitan concurrir a las elecciones presidenciales de abril-mayo próximos, obligación que puede excluir a la ultraderechista Marine Le Pen y al ex primer ministro Dominique de Villepin.
Le Pen asegura contar ya con 480 firmas de alcaldes y tiene hasta el próximo viernes a las 18.00 horas (17.00 GMT) para encontrar los que le restan.
"Si no lo logro será por tres o cuatro firmas", asegura la candidata ultraderechista, que recuerda que su padre, candidato tradicional del Frente Nacional (FN), siempre tuvo problemas para juntar el medio millar de apadrinamientos.
La ley electoral francesa fue reformada en 1976 para limitar el número de candidato a las presidenciales e impuso la barrera de las 500 firmas de cargos electos.
Los que la superen podrán concurrir a las elecciones y gozarán de una financiación pública de, al menos, 800.000 euros, además de un tiempo en la televisión similar al del resto de los candidatos.
Los grandes candidatos no tienen problemas para superar los 500 apadrinamientos, pero otros más pequeños o que no gozan del respaldo de un partido con implantación municipal sufren para lograrlos.
El caso más sorprendente es el de Le Pen, a quien los sondeos sitúan en la tercera posición con en torno al 17 % de los votos, por detrás del socialista François Hollande y del presidente saliente, Nicolas Sarkozy.
En las pasadas presidenciales de 2007, Jean-Marie Le Pen logró 535 firmas, pese a que cinco años antes había sido el segundo candidato más votado en la primera vuelta, lo que le valió pasar a la segunda frente a Jacques Chirac, que logró su reelección.
El fundador del FN se quedó fuera de las elecciones en 1981 por no haber podido lograr los avales, pero en todas las sucesivas elecciones consiguió superar la barrera, aunque siempre por un reducido margen.
El partido no cuenta con cargos electos en los municipios ni en el Parlamento, por lo que tiene que convencer a alcaldes de otras sensibilidades políticas.
Como su padre, Marine Le Pen denuncia que los grandes partidos presionan a sus ediles para que no la apadrinen y llevó el sistema de apadrinamientos hasta el Consejo Constitucional para pedir que los avales fueran anónimos, una reforma que no fue adoptada.
Otro de los candidatos que puede quedarse fuera de la contienda es el ex primer ministro Dominique de Villepin, que se convertiría en el primer jefe de Gobierno que no obtiene los 500 apadrinamientos.
Según su entorno, actualmente cuenta con 450 firmas, pero aseguran que el partido de Sarkozy ha maniobrado para que no obtenga más.
La ecologista Corine Lepage, ex ministra de Ecología con Chirac y candidata en 2002, también parece tener problemas para reunir las firmas.
El candidato del troskista Nuevo Partido Anticapitista (NPA), Philippe Poutou, sucesor de Olivier Besancennot, que logró el 4,08 % de los sufragios hace cinco años, tampoco tiene garantizada su presencia en estas elecciones.
Más clara aparece la presencia del gaullista Nicolas Dupong-Aignan mientras que la candidata de la extrema izquierda Nathalie Arthaud y el inclasificable Jacques Cheminade, candidato prácticamente desconocido, ya han depositado los 500 avales.
Además de Hollande y Sarkozy, tienen garantizados los apadrinamientos el centrista François Bayrou, cuarto en los sondeos con algo más del 10 % de los votos, el comunista Jean-Luc Mélenchon, quinto con algo menos del 10 % y la ecologista Eva Joly.
Ante la posibilidad de que Le Pen se quede fuera de las presidenciales pese a ser la tercera de las encuestas, los principales partidos se han mostrado favorables a reformar el sistema de apadrinamientos para que puedan presentarse también con avales de ciudadanos y no sólo de cargos electos.
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