Condenados a 23 años dos gemelos por el atropello mortal de una azafata a la que querían robar el porsche


La Sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un total de 23 años y tres meses de prisión a los dos hermanos que acabaron con la vida de una azafata de Iberia de cuarenta años de edad en las inmediaciones del aeropuerto Adolfo Suárez–Barajas en septiembre de 2012, cuando intentaban robarle su coche deportivo.
Moisés L.C. y Aarón L.C., que son hermanos gemelos, han sido considerados culpables de un delito de homicidio, tres delitos de robo con violencia y un delito de lesiones por los hechos, que comenzaron cuando, a la altura del número 416 de la avenida de la Albufera, a bordo de un vehículo Seat León, previamente sustraído, golpearon leve e intencionadamente contra la parte trasera del vehículo de la víctima.
Se trataba de un Porsche Cayenne matrícula 9452 GMJ, que conducía su propietaria, Raquel M.C., por las inmediaciones de la rotonda cercana a la Bolsa de Taxis y Parking 10 (P-10) de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid, al que se dirigía para comenzar su jornada de trabajo.
Como consecuencia del impacto, Raquel M. detuvo su vehículo unos metros más adelante, en el margen derecho de la rotonda, donde bajó de su automóvil para comprobar los daños sufridos. Moisés L. detuvo también su vehículo inmediatamente detrás del vehículo Porsche Cayenne cuya sustracción habían decidido de común acuerdo ejecutar ambos procesados.
Aarón L. salió al exterior y se colocó junto a la conductora entre ambos vehículos, mientras simulaba estar comprobando los daños, momento en que al dirigirse hacia la puerta delantera izquierda del mismo para introducirse en su interior, se inició un fuerte y violento forcejeo, al que se unió su hermano, para vencer la firme resistencia que estaba oponiendo la víctima.
En la pelea lograron tirarla al suelo, pero la mujer consiguió levantarse y continuar forcejando con ellos. Mientras, Aaron trataba de introducirse en el vehículo por la puerta del conductor y Moisés tiraba de la mujer.
Una vez que Aaron consiguió ocupar el asiento del conductor del Porsche y cerrar la puerta, Raquel M. se aferró a esta última para impidir a toda costa que se lo llevaran.
Finalmente, Aaron inició la marcha en el deportivo, efectuando una maniobra hacia el carril izquierdo de la rotonda en el que la víctima cayó a la calzada y resultó atropellada por la rueda trasera de su propio coche, que le ocasionó un politraumatismo en el hemitórax izquierdo, con una hemorragia que provocó su muerte inmediata. Moises huyó a bordo del Seat León.
El tribunal estima que aunque solamente uno de los hermanos conducía el vehículo, la jurisprudencia considera que “el previo concierto para llevar a término un delito de robo con violencia o intimidación que no excluya a priori todo riesgo para la vida o para la integridad corporal de las personas, responsabiliza a todos los partícipes directos del robo con cuya ocasión se causa una muerte o unas lesiones, aunque sólo alguno o algunos de ellos sean autores o ejecutores de semejantes resultados personales”. Por ello, los magistrados condenan a los dos procesados por delito consumado de homicidio.

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