Dos décadas después de los ataques que paralizaron el centro financiero de India, los tribunales han condenado a la pena capital Feroz Abdul Rashid Jan y Taher Merchant y han decretado cadena perpetua para Abu Salem y Karimulá Jan. Un quinto hombre involucrado en los ataques, Riyaz Siddiqui, deberá cumplir diez años en la cárcel.
Los investigadores del caso sostienen que los atentados fueron ordenados por el criminal más buscado de India, Dawood Ibrahim, para vengarse por la demolición de la histórica mezquita de Babri, situada en el norte del país y destruida por extremistas hindúes en 1992, durante un periodo de violencia religiosa. Se cree que Ibrahim podría estar escondido en Pakistán pero las autoridades paquistaníes lo niegan.
En junio, un tribunal declaró culpables a los cinco hombres que participaron en los atentados. Otro sexto hombre implicado en los ataques fue condenado pero murió en prisión antes de que se dictara la pena en su contra.
Los procedimientos legales contra los acusados por los ataques han derivado en más de 100 condenas, muchas de las cuales todavía están tramitándose por los procesos de apelación y las conmutaciones de sentencias. Yakub Memon, uno de los sospechosos del caso, murio ejecutado en la horca en 2015.
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