Condenan a un profesor universitario que pidió sexo a alumna para aprobarla

  • Un profesor de la Universidad de Málaga de 60 años ha sido condenado a un año de prisión y seis de inhabilitación por pedir sexo a una alumna a cambio de aprobarle la única asignatura de Magisterio que le quedaba para finalizar la carrera.

Málaga, 9 dic.- Un profesor de la Universidad de Málaga de 60 años ha sido condenado a un año de prisión y seis de inhabilitación por pedir sexo a una alumna a cambio de aprobarle la única asignatura de Magisterio que le quedaba para finalizar la carrera.

El tribunal ha condenado al acusado, J.L.M., por un delito de abuso de funcionario público en el ejercicio de su función, así como una falta de vejaciones injustas, y a que indemnice a la joven en 2.000 euros por los daños morales sufridos, según la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe.

La víctima, alumna no presencial del tercer curso de Magisterio en la Facultad de Ciencias de la Educación, obtuvo en el examen escrito de la última convocatoria de la asignatura un 2,75 y para evitar tener que marcharse a otra Universidad para finalizar su diplomatura, acudió al departamento del acusado.

Allí le explicó, en presencia de otro compañero, su "delicada situación académica", dado que sólo le faltaba esa asignatura para terminar la carrera, y el acusado le dijo que tendría que buscar una solución, y le pidió, entre otros datos, su número de teléfono móvil, según se señala en los hechos probados de la sentencia.

El procesado la citó de nuevo en su despacho el 16 de febrero de 2010, aunque ésta recibió posteriormente una llamada en su móvil en la que indicaba que no podía ir a la Facultad y que tendría que ir a su domicilio a las 19:30 horas para allí poder resolver su situación académica.

La estudiante acudió al lugar junto a su hermana, el novio de ésta y otro amigo, al "resultarle extraño el lugar y el modo en el que había sido citada".

Su hermana se quedó esperando en la escalera y los dos amigos en el portal de la vivienda, y el acusado le franqueó la entrada de su casa, cerró la puerta con llave y se sentaron en el salón de la vivienda", indica la Sala.

Tras una breve conversación sobre su futuro profesional, el procesado le dijo que si quería aprobar tendría que hacer algo, a lo que ella le preguntó a qué se refería, y éste le dijo finalmente que "si quería aprobar tenía que darle sexo".

Ella se levantó inmediatamente y le dijo que "se estaba equivocando" y él la sujetó del brazo, le levantó la camiseta, le tocó de cintura para arriba y le preguntó si llevaba micrófonos, y le llegó a tocar el pecho, por lo que ella comenzó a gritar, ante lo que su hermana golpeó fuertemente la puerta y él la dejó salir.

Tras contar lo ocurrido a los amigos, la joven recibió en su móvil una llamada del acusado que cogió uno de ellos, al que el procesado pidió que le trasladara a la víctima que no se preocupara porque estaba aprobada, lo que pudieron comprobar una vez en su domicilio.

La joven, que acudió al día siguiente a un hospital y fue diagnosticada de un síndrome de ansiedad reactiva pidió al decano que anularan la nota.

Según informó La Opinión de Málaga, la declaración de la ofendida ha merecido la credibilidad del tribunal, siendo "sincera, coherente y verosímil", y la Universidad de Málaga no ha sido declarada responsable civil subsidiaria.

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