Condenan en EEUU a 10 años a exmilitar guatemalteco por mentir sobre matanzas

  • El exmilitar guatemalteco Jorge Vinicio Sosa Orantes fue sentenciado hoy a 10 años de prisión por mentir en su solicitud para conseguir la nacionalidad estadounidense, al ocultar su implicación en las matanzas de 1982 en la localidad de Las Dos Erres, en su país natal.

Los Ángeles (EE.UU.), 10 feb.- El exmilitar guatemalteco Jorge Vinicio Sosa Orantes fue sentenciado hoy a 10 años de prisión por mentir en su solicitud para conseguir la nacionalidad estadounidense, al ocultar su implicación en las matanzas de 1982 en la localidad de Las Dos Erres, en su país natal.

En su decisión, la jueza Virginia Phillips optó también por revocar a Sosa, de 55 años, su ciudadanía estadounidense, informó la emisora local KPCC, la radio pública del sur de California (EE.UU.).

Sosa, quien dijo ser inocente y que no estaba de acuerdo con el veredicto, fue condenado el año pasado por mentir en su solicitud de naturalización, presentada en 2007.

Durante el juicio, se presentaron testimonios de antiguos compañeros suyos e incluso de un hombre que sobrevivió a la matanza de Las Dos Erres siendo un niño y que fue testigo de cómo los soldados asesinaron a su madre mientras ella suplicaba por su vida.

El condenado solía trabajar como profesor de artes marciales en Riverside (California).

Sosa fue arrestado en Canadá en 2011 y extraditado para afrontar cargos en Estados Unidos por el delito de perjurio.

Las autoridades federales presentaron evidencias ante la Corte de Riverside de que Sosa estaba al mando de una de las unidades de operaciones especiales del Ejército guatemalteco, conocidas como "kaibiles", que fue responsable de la masacre en la que se estima que murieron 251 personas.

Sosa, no obstante, no estaba siendo juzgado por crímenes de sangre sino por mentir al Gobierno de EE.UU. al omitir su pasado militar violento.

El condenado fue acusado por otros soldados "kaibiles" de atacar con un mazo a niños en Las Dos Erres, así como de lanzar una granada a un pozo en el que fueron arrojados la mayoría de los habitantes de esa población, que sufrieron además vejaciones y violaciones por parte de los militares.

Sosa abandonó Guatemala en 1985 y buscó asilo en EE.UU. alegando que era perseguido por las guerrillas.

Al ser rechazada su petición, encontró acomodo en Canadá, donde logró la ciudadanía y después se casó con una estadounidense y logró la residencia permanente, conocida en EE.UU. como "green card", antes de solicitar la ciudadanía.

El abogado de Sosa, Shashi Kewalramani, argumentó que las mentiras de su cliente no hicieron daño a nadie y que, por tanto, no debía servir más de un año en prisión.

"El Gobierno busca una forma furtiva de ejecutar las leyes guatemaltecas", indicó el letrado.

"No es la forma apropiada de castigar al señor Sosa por su supuesta conducta en Guatemala, donde no ha sido juzgado", sostuvo Shashi Kewalramani.

El Gobierno estadounidense perseguía la máxima sentencia -15 años de cárcel- por "la horrible naturaleza de los delitos contra los derechos humanos que el acusado ocultó para obtener la ciudadanía", según indicó la acusación.

"Este caso va más allá de los típicos casos de fraude en el proceso de naturalización", añadió.

Este es uno de los esfuerzos por llevar ante la Justicia a los supuestos autores de la masacre de 1982.

En Guatemala, cinco exsoldados fueron sentenciados a más de 6.000 años en prisión por los asesinatos cometidos, mientras que otro ya fue condenado a una década en una cárcel estadounidense por mentir en su solicitud para conseguir la ciudadanía, un caso similar al de Sosa.

Al menos 200.000 personas murieron durante la guerra civil de Guatemala, que se alargó durante 36 años hasta su fin, en 1996.

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