Logroño.- Las unidades de Policía Científica continúan hoy su trabajo entre los escombros del inmueble número 25 de la calle Gran Vía de Logroño, donde el pasado sábado día 22 se produjo una explosión de gas que causó la muerte de una pareja y sus dos hijos, de los que se buscan restos del padre y de su hija.
El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ha informado hoy en un comunicado de que el Juzgado de Instrucción número 2 de Logroño es el competente en la investigación y ha aclarado que los restos humanos encontrados se corresponden con los de una mujer adulta y un varón preadolescente.
Advierte, no obstante, que es necesario esperar a los resultados de las pruebas de ADN para confirmar que algún otro resto de los ya recogidos pudiera ser de otra persona distinta, "lo que no se puede afirmar ni descartar en este momento".
La familia fallecida, que residía en el tercer piso del inmueble siniestrado, estaba formada por Roberto Edgardo Videla, argentino de 39 años; su mujer, Marta Liliana Saa Lazo, chilena y también de 39 años; y sus hijos Exequiel Andrés, de nueve años, y Katherine Alexandra, de ocho.
La explosión también causó heridas a nueve personas, entre ellas, la más grave, la madre del hombre fallecido, Rafaela María Greco, de 81 años, quien está ingresada en el Hospital San Pedro de Logroño con quemaduras en el diez o doce por ciento de su cuerpo y cuyo pronóstico es grave.
Los vecinos de algunos de los pisos de este edificio han podido acceder hoy a sus viviendas durante unos minutos para poder recoger algunas de sus pertenencias; no han podido hacerlo, y probablemente no se les permitirá, a los habitantes de las últimas plantas, por motivos de seguridad.
El edificio ha sido hoy declarado en ruina por el Consistorio de Logroño y su derribo se iniciará dentro de dos días, cuando se calcula que la Policía Científica haya terminado su trabajo y que los vecinos hayan podido recoger ya más pertenencias.
El Ayuntamiento de Logroño va a mantener esta tarde una reunión con los afectados para estudiar su situación, los términos del seguro del que disponía la vivienda y las necesidades de alojamiento que tienen los vecinos.
Además, debe determinarse la situación de los tres bajos comerciales del edificio que, según sus dueños, apenas están afectados, pero quedarán demolidos como el resto del edificio.
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